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el mundo fragmentado

Cajón de sastre

20 de enero

 Palabras y hechos

Lo menos que se puede decir es que el Gobierno no interpretó correctamente las advertencias de ETA.

UN POLÍTICO, más si es gobernante, tiene un problema cuando un amplio sector de la ciudadanía llega a convencerse de que su palabra no guarda relación con los hechos de los que quiere dar cuenta o pretende encauzar en una determinada dirección. Hoy es evidente que no era la mejor manera de identificar como "proceso de paz" la negociación con ETA y que no era la mejor manera de identificar el rearme de ETA como un accidente de tal proceso.

Hoy es dolorosamente claro que no basta nombrar un hecho para cambiar su significado. Cuando por medio de la palabra se intenta modificar el significado de unos hechos, quien sale perdiendo es la palabra, no los hechos: el lenguaje se pervierte y las palabras descienden al nivel de la in/significancia, pierden su referente, no explican el sentido de las cosas. Es lo que ha ocurrido con el discurso al que el presidente del Gobierno se ha lamentablemente acostumbrado en los últimos tiempos y que ha tenido su más patética expresión en su incomprensible conducta y en las declaraciones inmediatas al atentado: eran palabras vacías de sentido, que conducen al autoengaño del emisor y a la frustración de sus destinatarios

Hace meses, casi recién proclamado un alto el fuego permanente, y como el vandalismo callejero no remitiera, ETA se vio en la necesidad de anunciar, primero, que el Pueblo Vasco hacía muy bien en demostrar su enfado por medio de ese tipo de actos y, segundo y principal, que se confundía quien entendiera permanente como irreversible. ETA llamaba entonces a las cosas por su nombre. Que la kale borroka desapareciera y que lo permanente se convirtiera en irreversible dependería de los pasos que el Gobierno diera en una negociación que ETA ha definido desde su primer comunicado como proceso para construir, sin renuncia previa a las armas, un nuevo marco político. Cualquiera podía interpretar, porque estaba tan claro como la luz del día, que ETA había suspendido -por emplear una palabra del gusto del presidente- sus atentados de manera condicional: si el Gobierno daba pasos en la dirección querida por ETA, mantendría la suspensión; si no, habría kale borroka y lo permanente se convertiría cualquier día en reversible sin dejar de ser, para sus autores, permanente.

Lo menos que se puede decir es que el Gobierno no interpretó correctamente estas reiteradas advertencias, siempre acompañadas de hechos: robo de armas, secuestro, chantaje a empresarios, vandalismo callejero y todo lo demás. No eran, contrariamente a la interpretación de los expertos en procesos de paz comparados, mensajes para consumo interno, sino palabras cargadas de hechos, como a su debido tiempo advirtió la policía francesa. El Gobierno, sin embargo, convencido, como tantos de sus asesores, de que lo que ETA hacía era pedir árnica para pasar el trago del desarme, interpretó todo eso como retóricas para calmar a los más reacios y traerlos al redil del proceso.

El presidente del Gobierno arrastra desde hace tiempo un grave problema de discurso, que sus más allegados han pretendido trivializar desdeñando a quienes así lo señalaban como gentes de otra generación, de un tiempo pasado. Lo mostró en el debate del Estatuto de Cataluña; lo ha vuelto a mostrar en la negociación con ETA. Su cada vez más deletérea perversión del lenguaje era recibida con inquietud por los ciudadanos que comenzaron a sospechar que aquel pensamiento blando, más que débil, ocultaba una inseguridad de fines: el presidente, en realidad, no sabía adónde iba el proceso y lo disimulaba a base de identificarlo con calificativos genéricos. Pero como a un gobernante siempre se le supone en posesión de información superior, se le otorgó la presunción de que, aunque no supiera adónde iba el proceso, sabría al menos cómo manejarlo. El atentado de ETA ha demolido también esa presunción: el presidente no poseía esa información superior, y la reiterada petición de fe y confianza en su palabra estaba montada sobre una nube de humo.

Y éste sí que es un problema cuando hechos de la magnitud del último atentado no caben en el discurso de quienes, negociando con ETA, creyeron estar embarcados -y actuaron como si lo estuvieran- en un proceso de paz. Sin duda, habrá que reconstruir estrategias con vistas a futuras negociaciones; para que sean creíbles, será preciso elaborar el discurso que las identifique. Mal empezamos si el reconocimiento del error se censura -única práctica en la que el presidente ha mostrado rápidos reflejos: censurar cualquier esbozo de autocrítica- y si, finalmente, todo lo ocurrido se despacha con un "ya os decía yo que el proceso sería largo, duro y difícil".

Santos Juliá ( El País )

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La generación del 'crack'
Todas las claves sobre los escritores mexicanos que revolucionaron la escena literaria en español.

Los nuevos escritores mexicanos ya no escriben sobre la Revolución. Ni sobre pueblos habitados por fantasmas, caciques, maquiladoras, o la frontera. Por lo menos, los miembros de la última sensación del país que dio al mundo a Octavio Paz o Carlos Fuentes. La moda se centra en la Generación del Crack (crack por ruptura, no por la droga), un grupo de escritores que no llegan a los 40 años y que están sacudiendo los cimientos de la escena literaria mexicana y, de paso, vendiendo lo suyo.  

QUÉ ES EL CRACK

Estado de Hidalgo, México, verano de 1996. Una pequeña revista de la que ya no queda rastro alguno, da cabida en sus páginas a un manifiesto literario firmado por cinco jóvenes escritores: Ignacio Padilla, Jorge Volpi, Eloy Urroz, Vicente Herrasti y Ricardo Chávez Castañeda. En el texto, se aboga por dejar la literatura "bananera" y volver a las raíces del boom latinoamericano: recuperar el respeto que por el lector inteligente tenían las primeras obras de aquel mítico momento de las letras hispanoamericanas, y que supusieron un soplo de aire fresco para la anquilosada escena literaria española.   En 2001, casi cinco años después, los miembros del movimiento aparecen regularmente en las páginas culturales de El País, El Universal o El Herald, venden miles de libros, dan conferencias en todo el mundo y sacuden, como si fuera una piñata, las conciencias del establishment cultural mexicano, debatido entre la tradición indígena, la influencia del vecino del Norte y la alargadísima sombra de Paz, Fuentes o Rulfo, mexicanos universales.  
En México, algunas voces claman contra la renegación que, según ellos, hacen de su país estos autores. Una posición un poco chauvinista (patriotera, la llaman ellos): varios intelectuales hablan y no paran de que no se nota que sean novelistas mexicanos. Alguien debería decirles que estamos en el siglo XXI, y no vamos a descubrir a Paz a estas alturas. O a Fuentes, o a Rulfo.   Un epígono de García Márquez, Laura Esquivel, o la exitosa Ángeles Mastretta, no puede decirse que reflejen el México que esos intelectuales quieren. Pero, ¿qué México? ¿El de las grandes empresas, o el de Chiapas? ¿El de las tortillas de maíz, o el que suspira por que la frontera USA baje en longitud?. Pero han cambiado muchas cosas en México. Sigue siendo un país de tremendas desigualdades, donde conviven fortunas dignas de 'Las mil y una noches' con los suelos de tierra en el 15% de las viviendas del país.   Así, las coordenadas de los escritores han de cambiar por fuerza. Pero persiguiendo, como dijera Ricardo Chávez Castañeda, "desbrozar una estética olvidada en la literatura de México".

10 de enero

fotografía de Albert Watson
noticias de una guerra
fotografía de David Burdeny
fotografía del desastre
Albert Watson has made his mark as one of the world’s most successful fashion and co
mmercial photographers during the last 35 years, while creating his own art along the way. His striking images have appeared on more than 250 covers of Vogue and been featured in countless other publications, from Rolling Stone to Time to Vibe, many of the photographs iconic portraits of celebrities.
(He was the official Royal)
Albert Watson has made his mark as one of the world’s most successful fashion and commercial photographers during the last 35 years, while creating his own art along the way. His striking images have appeared on more than 250 covers of Vogue and been featured in countless other publications, from Rolling Stone to Time to Vibe, many of the photographs iconic portraits of celebrities.
(He was the official Royal) 
 

7 de enero

♥ 

" Eso me irrita porque ofende los dramas que el mundo tiene de verdad. Yo este año he estado en Gaza, allí he visto lo que es que un pueblo se sienta oprimido; yo he visto en África a gente que no tiene para comer, que tiene que caminar 10 kilómetros a por agua... Y que un pueblo como el mío se esté permitiendo la fantasmada, la chulada de darse la importancia que se está dando, convirtiendo un problema que es sencillamente un problema político como en el mundo hay millones, en un drama de este calibre, jugando batallas de vida o muerte, me parece una ofensa para los asuntos reales de vida o muerte. No puede ser, no puede ser que dediquemos la energía que estamos dedicando a este asunto, que estemos obligando a toda España a tener la paciencia superlativa de dedicar millones de horas de un tiempo que lo necesita para millones de problemas que tiene de verdad. Sencillamente, me parece un insulto, me siento ofendido como vasco y me siento irritado. Me parece que debería haber un problema de categorías. ¡Que esos pobres chicos ecuatorianos estén muertos ahora en nombre de no sé qué anhelo...! Vamos, hombre, hay que ver el problema real de estos dos ecuatorianos que habían venido a sacarse la vida adelante al quinto pino de su país y que les hemos matado porque nosotros creemos que una organización del Estado así es peor que una organización del Estado asá... Es que esto no resiste la comparación. No banalicemos hasta este extremo las cosas y, sobre todo, si las estamos banalizando, pongámonos colorados, que nos dé vergüenza por lo menos" (Iñaki Gabilondo. Diario El País, 07-01-07)

Prohibido negociar con mayordomos

Habíamos tratado de prestarles atención. Nos habíamos esforzado en traducir al lenguaje de lo comprensible expresiones del estilo “es el momento de la construcción de un proceso democrático de superación del conflicto” que, aunque parezca increíble, no significa “es el momento de que ETA deje de pegar tiros de una puñetera vez”. Incluso, nos habíamos creído que Otegi guardaba cierta semejanza con Gerry Adams, aunque el del Sinn Fein parezca ahora un político respetable de barba canosa y el de Batasuna siga teniendo un cierto aire a lugarteniente de Pancho Villa. En definitiva, pensábamos que estos señores que decían representar a la izquierda abertzale querían de verdad usar la palabra en vez de las pistolas. Pero nos han engañado una vez más.

Además de los dos muertos y la montaña de escombros en que se ha convertido el aparcamiento del aeropuerto Barajas, lo más terrible del atentado del día 30 ha sido el silencio de este mundo que rodea a ETA y le da oxígeno. No hemos escuchado ni una voz de condena entre los ‘políticos’ de Batasuna; no se ha levantado ni una sola voz de protesta en el colectivo de presos, a los que un final dialogado del terrorismo les hubiera ahorrado años de cárcel; no se ha proferido un ‘ya basta’ entre los familiares de estos mismos presos. Ya no sirve ni siquiera el argumento del miedo, porque el verdadero miedo lo vuelven a tener otros. Estos sujetos viven en otro mundo; pero es que además son de otro planeta.

Las declaraciones de estos valientes ‘mahaikides’ de Batasuna con los restos humeantes de la bomba de ETA como telón de fondo pasarán a la historia del disparate. Tras meses de augurar la quiebra del proceso de paz y con la certeza de que ETA había enterrado a dos nuevas víctimas, Otegi proclama que el proceso de paz “está más vivo que nunca”. Para el voluntarioso Joseba Álvarez, el atentado “no facilita el proceso”. Y para Pernando Barrena, una especie de Santo Tomás del abertzalismo, “no hay constancia expresa de que el alto el fuego esté roto”. Lo de Barrena es realmente de psiquiatra: “Hoy por hoy, hablar del alto el fuego, si está vigente o no, pensamos que es especular, precisamente en torno a algo de lo cual no tenemos constancia expresa”.

De ser ciertas algunas informaciones que apuntaban a que estos ‘pacifistas’ habían alcanzado en octubre una especie de preacuerdo en sus reuniones con los socialistas vascos y el PNV, en el que se incluían determinadas referencias semánticas a la territorialidad y a la autodeterminación, cuyo contenido fue expresamente desautorizado por la banda, estaríamos ante la paradoja de que la bomba de Barajas también iba dirigida contra ellos. Humillados por los chicos de la capucha, los Otegi, Barrena, Álvarez, Permach o Etxebarría hablan ahora de recomponer el diálogo y de buscar compromisos. Los mayordomos se disfrazaron de señoritos. ¿Quién va a negociar la compra de una casa con el servicio?

De los errores que pueden atribuirse a Zapatero, éste es, sin duda, el mayor de todos. El presidente del Gobierno no se ha equivocado al buscar un final dialogado del terrorismo. Su principal pecado ha sido la ingenuidad, aunque luego cometiera otros, como el de resistirse a dar por muerto un proceso en plena descomposición. Se creyó la palabra de los terroristas e ignoró signos evidentes de que la tregua ya era agua pasada. A quienes dicen querer abandonar la violencia pero roban armas, preparan zulos con explosivos para aprovisionar a sus comandos y compran dispositivos electrónicos para detonarlos no se les puede conceder el beneficio de la duda.

El atentado ha desnudado a Zapatero y le ha puesto en ridículo, es cierto, pero también ha dejado en pelota picada a quienes han usado la negociación con ETA como gran argumento de oposición al Gobierno. ¿Dónde está la rendición? ¿Dónde el pacto para que Euskadi se anexionara Navarra y se autodeterminara después? Frustrada la negociación, cuando la lucha contra ETA vuelva a recaer exclusivamente en policías y jueces y la ley de partidos impida que Batasuna concurra a las elecciones, ¿qué nuevas invectivas podrán fabricarse? ¿Habrá que conseguir para Acebes un buen expediente de regulación de empleo?

Tendrán que pasar años para que vuelvan a darse condiciones tan propicias para acabar con ETA como las que concurrían en estos momentos. El futuro inmediato ya está escrito. Batasuna será expulsada de los ayuntamientos y las diputaciones forales pero volverá a demostrarse que los métodos policiales tienen una eficacia limitada para erradicar por completo el terrorismo. Habrá, sin duda, nuevos atentados y extorsiones a empresarios. Las libertades de todo un pueblo seguirán atenazadas. Viajaremos al pasado. Algunos parecen disfrutar con este panorama. Son los mismos que se ríen cuando escuchan decir a Zapatero que su determinación para alcanzar la paz es ahora mayor que antes. Dan bastante pena.

Juan carlos Escudier

Hoy, hace un año

BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANITOS........Leopoldo Maria Panero

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Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.

"Así se fundó Carnaby Street" 1970.- Leopoldo María Panero

 

27 de diciembre

27 de diciembre

Durante muchos años, el pintor Gustavo Torner, autor del acondicionamiento interior del Prado, fue el encargado del escaparatismo en Loewe. En las fechas de Navidad, su obra constituía un motivo más para arracimarse ante las vitrinas y contemplar el escenario de alta representación que había concebido el artista.

      Este año Louis Vuitton en su establecimiento de Madrid -y en los 375 de todo el mundo- culmina el proceso de fusión escénica entre el diseñador y el artista, entre el estilo de la moda y la presente modalidad del arte. Olafur Eliasson, danés, de 39 años, con piezas en el MOMA o en el Guggenheim, creador del sol cegador que iluminó aparatosamente el vestíbulo de la Tate Modern en 2003, ha compuesto una versión de aquel ojo radiante titulada Eye see you que atrae la vista del cliente tanto como la ciega, que actúa como un resplandor y concluye acaso como un cepo dorado.

      La unión de moda y artistas, de tiendas y arquitectos puebla la actualidad comercial, siendo el marketing la actividad más creativa de nuestro tiempo. Tadeo Ando ha construido la supertienda para Armani en Milán, Rem Koolhaas o Herzog y Meuron los fastuosos establecimientos de Prada en Nueva York y Tokio, respectivamente. Javier Mariscal es el responsable del interiorismo del hotel Domine en Bilbao, el arquitecto John Pawson firmó las tiendas de Calvin Klein en Seúl o Nueva York pero también el monasterio checo de Novy Dvur. No hará falta enumerar las nuevas bodegas de Moneo, de Ghery o de Calatrava en La Rioja y las innumerables contribuciones de artistas o dramaturgos, Bob Wilson entre ellos, al embellecimiento general de la existencia. Esta estetización general del mundo ha llegado incluso al interior de la Orden Tercera en Asís (Italia) que renovó su porte en 2002 siguiendo los patrones de Elisabetta Bianchetti, una suerte de Agatha Ruiz de la Prada en versión destroyer.

      Si el ciudadano en el viejo capitalismo de producción era -sobre todo- un consumidor de productos ligados a una dimensión utilitaria y el ciudadano en el capitalismo de consumo fue -sobre todo- un consumidor de signos, el actual ciudadano del capitalismo de ficción es -sobre todo- un consumidor de formas. Ante esta demanda creciente, el artista se trasmuta en un productor más al lado de los demás obreros de la estética y se enlaza suavemente con ellos. Estampados de Armani de un lado y cuadros de Sicilia, ¿dónde termina en verdad el pañuelo y empieza el diseño del lienzo?

      Baudelaire llamaba al arte "los domingos de la vida", pero hoy, como proclaman las tiendas, todos los días son prácticamente iguales, todos los horarios son posibles, 24 horas sobre 24, siete días a la semana. El arte, como deseaban las vanguardias, se halla por todas partes y ninguna. Si la totalidad se halla estetizada, desde los museos a los hospitales, desde el alumbrado eléctrico a los futbolistas, desde los autobuses a las cárceles o los sex shops, cómo separar fragmentos en la emoción continua.

      El mundo de la arquitectura, el escaparatismo, la televisión, la publicidad o las webs han recubierto la existencia de una styling skin, una piel esencial porque la piel ha pasado de ser algún envoltorio circunstancial a una realidad llegada para quedarse.

      La cosmética es su paradigma. Nunca antes alcanzó mayor valor la piel de los objetos y los cuerpos. Pitágoras empleó la palabra kosmos (mundo, orden) para referirse a nuestro mundo y deseando introducir aquí la perfección del orden astral que desde tiempos inmemoriales mostraba una absoluta armonía de retorno eterno. Este orden deseable se lograría a través de la política y tratando de reproducir el admirable modelo astral.

      Igualmente, la cosmética, presente en tiempos de Pitágoras, se ocupaba de reordenar el rostro femenino para otorgarle la apariencia de un modelo ideal, el preferido por el hombre / patrón.

      La cosmética buscaba y busca naturalizar la apariencia deseable a través del artificio tal como los objetos se diseñan intencionadamente para conquistar al consumidor, fomentar sus emociones, su deleite, su voluptuosidad, sus fantasías.

      Nada hay ya inocente en el objeto. Somos atraídos por él gracias a su astucia afilada para la maniobra de atracción. Fotografiamos este o aquel objeto creyendo que los captamos cuando anticipadamente el objeto hizo de nuestro objetivo su presa.

      Los enseres, los edificios, los bolsos, los aparatos, se comportan ante nosotros como la modelo que posa para la revista ilustrada. Su imagen se convierte en el punto de nuestra contemplación, pero es ella, al cabo, quien nos juzga y nos observa con la avezada profesionalización de su sesgo y su pupila.

      El Eye see you (El ojo te ve) de Olafur Eliasson en Louis Vuitton culmina el circuito completo de la mirada que nace y se recicla en el objeto, que incide vivamente en él y regresa convertida en deseo puro.

      Objeto y sujeto se reclaman en un cortejo reproducido hasta el infinito en el nuevo espacio especular que crea la completa estetización del mundo, el reino casi absoluto de la aesthesia y su imperial dominio de la "sensación".

      (Vicente Verdú)

      " Cuando Gregorio Samsa despertó aquella mañana, luego de un sueño agitado, se encontró en su cama convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el quitinoso caparazón de su espalda, y al levantar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas durezas, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia. "

      Actualidad

      Tras la muerte de su padre, Blancanieves queda como sirviente del castillo de su padre, del que se ha apropiado su mala madrastra, la reina. Ella posee un espejo mágico, pues siempre la dice que es la más bella del lugar, y del mundo, hasta que un día se le acaba la magia cuando le advierte que ha llegado una muchacha aún más bella.
      La reina, enfurecida, da órdenes a su cazador para que la mate en el bosque, afortunadamente, el cazador no puede matarla y le dice que corra lejos y se esconda. A los pocos minutos, llega a la pequeña cabaña de los siete enanitos y allí se queda dormida.


       

      25 de diciembre

      ♣ 

       Arre, borriquito. Arre, burro, arre.
      Vamos más deprisa que llegamos tarde.
      Arre, borriquito. Vamos a Belén
      que mañana es fiesta y al otro también.

       

       

       

      Ha prometido Lynch retomar esta película. Hacerla más comercial, dice. Lynch es un tipo que comenzó bien en esta cosa del cine y poco a poco va degenerando hacia la impostura de un cine imposible. Sus últimas películas son infumables, aunque queden algunos planos, algunas fotos, que obliguen a verlas. Pero como contador de historias es un tipo al que se le notan todas las costuras.
      su mejor película

      24 de diciembre

      Cena de navidad
      El abeto
      La mujer fue trasladando las bolsas al dormitorio. A un lado amontonó las que contenían productos perecederos y, al otro, las de los juguetes y adornos de variada aplicación. El abeto lo dejó afuera, en el pasillo. La mujer observó el resultado de su tarea y la encontró bien hecha. Luego se acostó. Las compras la habían fatigado y ya era bastante tarde. Una vez dormida advirtió que se le había incorporado al sueño un roce anómalo, como de arañazos en la pared. Pensó en el abeto un segundo antes de no pensar en nada. El abeto era de plástico, pero llevaba incorporado un práctico mecanismo de crecimiento. A juzgar por los síntomas, tenía que haberse producido algún desajuste en la maquinaria, pues las ramas del abeto taponaban el pasillo de modo selvático. La mujer ni siquiera necesitó despertarse para comprender que estaba atrapada.
      (J. M. Caballero Bonald)

      El proceso de paz (V)

      TXEMA MONTERO | ABOGADO
      «El proceso ha descarrilado y la única responsable de un fracaso será ETA»
      Montero critica al Gobierno por no realizar hasta el momento gestos de distensión y no buscar en los momentos difíciles la complicidad de la sociedad
      ALBERTO SURIO (Diario Vasco)
      Sin ocultar su pesimismo, el abogado y ex dirigente de Batasuna Txema Montero cree que «el proceso de paz ha descarrilado» y considera que la sociedad vasca debe interiorizar que un posible fracaso será exclusiva responsabilidad de ETA.

      - ¿Cuál es su diagnóstico?

      - Con precaución diría que el proceso está estancado, pero yo creo que está más que estancado. Creo que tal y como fue diseñado en el sentido de dos mesas -de normalización y pacificación- que avanzaban casi en paralelo y que no iban a tener una relación entre ambas, ha descarrilado. La negociación de doble vía ha fracasado. Ahora toca hacer lo imposible para que esto no se desbarate definitivamente.

      - ¿En qué se basa?

      - En que ETA se ha rearmado durante el proceso de paz, cosa que es una contradicción en sí misma; el Gobierno no ha sido capaz de ofrecer gestos de distensión ni siquiera de paralizar actuaciones judiciales, que han sido tomadas en cuenta por ETA y Batasuna como agresiones durante el proceso; y, por ser gráficos, el recreo que dio ETA a sus representantes políticos se acabó y vuelve a lo ya conocido. Les ha dado dos palmadas secas y contundentes, que fueron el acto de Aritxulegi y luego el robo de las pistolas. Quizás porque consideran que no se ganan por sí mismos las alubias políticas, quizás porque la dinámica que se estaba generando en la segunda mesa política de compromiso cada vez más próximo estaba llegando a un punto de difícil retorno para ETA. Ese compromiso, esa complicidad, ese dejarse pelos en la gatera, estaba llevando a ETA a una situación en la que lo siguiente ya no lo podían controlar. Para que un proceso de paz, es decir, de aceptación del principio democrático de las mayorías tenga base tiene que estar protegido por una distensión. Reprocho a Zapatero no haber dado pasos y no haber buscado la complicidad de la sociedad en momentos complicados.

      - ¿La sensación de estar en una oportunidad histórica no es una garantía para evitar la ruptura?

      - Es que todos devaluamos ya el término histórico. Tenemos que hacer un esfuerzo de lenguaje frente al exceso retórico. Recuerdo lo que decía El Quijote de los vizcaínos y, por extensión, de los vascos: «Cortos en palabras y largos en hechos». Ahora es casi al revés. Histórico no, pero una oportunidad como ninguna antes, sí.

      - No ha habido asesinatos en tres años y medio...

      - Es un hecho efímero porque al final pueden matar en tres semanas y volver a la situación anterior. La impresión generalizada que se envía a ETA es que su tiempo se ha acabado, que sólo les toca a ellos enterarse. El resto lo tenemos más que claro. Si volvemos a las andadas no digo que vaya a haber una guerra abierta, pero habrá una relación social gélida con toda esta gente que les va a suponer una sensación de rechazo muchísimo más grande que cualquier cascada de insultos que reciban.

      - ¿Y ahora qué?

      - Creo que en 10 ó 15 días tendremos una declaración por parte de ETA en el sentido de suspender el alto el fuego indefinido y una situación de esperar y observar durante la Navidad y las primeras dos o tres semanas de enero. Y a resultas de las decisiones que ellos tomen, que tendrán que ver también con las posiciones que tomemos los demás, reconsiderar su suspensión de paralizar el alto el fuego cautelarmente, o volverán directamente a la lucha armada. A finales de enero lo sabremos.

      - ¿O sea que usted cree que esto se rompe?

      - Me inclino a pensar que sí.

      «Sociedad escéptica»

      - ¿Falta de madurez? ¿No era esta situación más madura que en 1998?

      - Por un lado cada situación siempre es más madura que la anterior. Los procesos de paz han tenido muchos inconvenientes, particularmente el más destacable es un creciente escepticismo en la sociedad. Yo lo concretaría en que es más fácil movilizar a la sociedad contra ETA que movilizarla a favor de un proceso de paz. Esto debería hacernos reflexionar. Tanto proceso de paz ha llegado a hacernos escépticos. En el momento en el que ETA declaró un alto el fuego la gente comenzó a vivir como si ya estuviésemos instalados en la paz, con lo cual cada nuevo retroceso genera más escepticismo que el anterior. Lo que al mismo tiempo es un aprendizaje. Y yo creo que de este proceso el aprendizaje ha sido para todos saber dónde están los límites de la realidad política. El Gobierno ha tenido que descubrir la existencia de jueces creativos, de medios de comunicación histéricos y de una oposición jugando al todo o nada. Y ETA ha aprendido que el diálogo tiene sus contradicciones y que un proceso de paz lleva aparejada la complejidad, sobre todo cuando se da un proceso de paz en el seno de una sociedad democrática, que es uno de los elementos diferenciadores al proceso de paz en Euskadi y en Irlanda de otros procesos. Al final, lo paradójico para ETA es percibir que el final de un proceso de paz es asumir por parte de ellos la democracia representativa, ni más ni menos, que nos puede llevar a los vascos a tener un estatus similar al que tienen los flamencos en Bélgica, ni más ni menos, o la minoría sueca en Finlandia, pero que no es una catarsis donde se va a crear una nueva planta de estado. Y digo ni más ni menos porque en nuestro caso es mucho. Tener un 15 ó 18% en un parlamento de siete fuerzas políticas y ser primera fuerza en uno de los territorios es un cúmulo de poder y de posibilidades políticas que no son capaces de percibir porque en el fondo quizás piensen: «No era esto lo que perseguíamos». Porque eso es el compromiso, el consenso. Ya no hay épica de resistencia. Es algo que hace muchos años tenían que haber hecho. Y ahí está la paradoja.También para ellos hay una sensación clara de estafa.

      -¿Por qué?

      -Es que yo también soy de alguna forma partícipe de esa sensación cuando he visto que en otros procesos en una sociedad democrática, y el único que se me ocurre es el del norte de Irlanda, junto a la situación de diálogo y alto el fuego ha habido una distensión de facto donde no existían ni redadas policiales ni intervenciones policiales. La lectura de ETA es que nunca han hecho un esfuerzo tan importante con una declaración de alto el fuego y nunca en una situación así han recibido tanta presión policial y judicial. Las dos líneas rojas de ETA siempre han sido: la primera, que no haya una escisión en su organización y la segunda, que su base social más próxima la apoye. Quizás porque no hubiese una escisión, las decisiones en el seno de ETA se toman con una exigua mayoría tanto para decidir el alto el fuego como para luego cesarlo. Y esa base social, no el gran espectro de votantes, les dice desde el mes de mayo: nosotros lo único que constatamos es que nos dan por todas las esquinas.

      «No habrá escisión»

      -¿Y una hipotética ruptura del alto el fuego, qué consecuencia tendría? ¿Quizá una nueva escisión?

      -Una consecuencia primera iban a ser atentados con muertos. Ahí discrepo de quienes piensan que ETA volvería mediante una especie de terrorismo de fantasía poniendo bombas en lugares más o menos emblemáticos. Porque eso lo puede hacer el IRA, que está mucho más fuerte militarmente. Nada más elocuente e irreversible para todos que el asesinato. La reacción siguiente por parte del Estado va a ser meter en prisión a una cantidad de gente no sólo de ETA -de lo que se ocupará la Policía francesa con certeza escalofriante para ellos- sino que habrá detenciones de miembros de Batasuna como no hemos conocido hasta ahora, causas pendientes... ¿Escisión dentro de la izquierda abertzale? No, porque nunca la izquierda abertzale se ha escindido cuando ha sido sometida a una presión exterior muy fuerte, que reduce y concentra el núcleo de los creyentes. Lo que sí se produce es el mecanismo de voz y salida. Como el resto de personas que no están de acuerdo con las interpretaciones maximalistas, tipo Ekin y KAS, los que en las asambleas que ha habido en las últimas cuatro o cinco semanas no encuentran voz de expresión, salen, se desmovilizan y al final no votan. Es la inercia del pasado.

      -¿Tanto pesa?

      -Está pesando mucho. Ha faltado suficiente compromiso democrático de los dirigentes de Batasuna y suficiente pedagogía para explicarles claramente, para decirles que el concepto de proceso es dinámico, no equivale a la concesión de la alternativa KAS, que es un camino que empezamos a andar todos juntos y que quizá ni siquiera nos lleve a donde pretendemos. Y que es tan importante el camino como la posada. Hay que transmitir muy claramente a la sociedad que el único responsable de lo que suceda con el fracaso del proceso es ETA si vuelve a la violencia política. Y esto lo podemos hacer mucho más creíble si superamos esta situación de crisis o aceptamos el resultado de un fracaso con una estrategia común desde las fuerzas políticas de la democracia.

      -¿Cómo cree que está actuando el PNV?

      -Es probable que el PNV esté siendo víctima de sus propias suspicacias. Cuando se inició este proceso pensó que todo estaba mucho más atado y perfilado y pensó que un proceso de paz podía acabar con un desbancamiento del PNV en las instituciones de gobierno. La ventaja es que hay un eje de cierta estabilidad desde las instituciones democráticas. Hubiera sido pavoroso que el Gobierno del Estado hubiese estado en este asunto, con un PP montaraz y el PNV tocando el arpa en el monte Gorbea. Como observador creo que en algunos casos le ha faltado al PNV dar toques de atención serios al Gobierno central y al PSOE.

      -¿Cómo resolver la legalización de la izquierda abertzale?

      -Ése debería ser el punto de compromiso que esperamos muchos, que aceptase la legalización conforme a la Ley de Partidos. Debería asumirla. A mí no me gusta, la discutí públicamente en conferencias, me parece una pésima ley que está siendo rigurosamente aplicada, pero la asunción de ese principio de legalidad de esa mala ley con un compromiso por parte de Batasuna nos puede insuflar a todos los demás el suficiente oxígeno.


      «La paz en Euskadi va a ser diferente a otras»


      -El seminario de la Fundación Sabino Arana concluyó que el proceso no es irreversible...

      -Ningún proceso es irreversible. Todos debemos aprender con los procesos de paz. Y aprender a comparar lo comparable. Negociar con alguien en África que está declarado enemigo de la humanidad porque ha cometido genocidio no es comparable a lo nuestro. Me quedé con una interpretación que me parece más interesante de una máxima de Confucio que dice: La naturaleza de la guerra determina la naturaleza de la paz y si la guerra, como denomina ETA su enfrentamiento con el Estado, ha sido como la nuestra, en la que es necesaria la reconciliación, pero no la reconstrucción porque nada se ha roto físicamente, porque estamos en términos económicos mejor que cuando empezamos, pero hay un gran daño moral, la paz va ser diferente a otras paces. Va a ser el ensanchamiento de una democracia representativa, pero nada más. ¿Esto es suficiente para unas personas que han vivido todo esto como si fuera una guerra? A veces me pongo pesimista y pienso que no.

      -¿Por qué?

      -Para algunos de ellos, que tienen mucho que ganar -su libertad personal, porque están en la cárcel y esperan medidas de gracia- y para sus familiares, la paz sí es algo tangible. Pero otros, que no han tenido más compromiso que la adhesión, que han vivido perfectamente durante estos años, y son parte de los que están en contra del proceso, pueden preguntarse ¿y todo eso ha sido para esto?, ¿y a mí qué más me da si yo voy a seguir viviendo igual? Al alzar el velo después de la violencia, nos encontramos con que tendrán que aprender a negociar con otras fuerzas políticas porque no tienen base suficiente para poder transformar las cosas.

      Informe de ONU sobre seguridad en Irak

      Informe de ONU sobre seguridad en Irak

      Copio el balance provisional del "proceso de paz" que los señores Busch, Blair y Aznar emprendieron en los territorios de Irak el 21 de marzo de 2003. El informe de la ONU hace referencia a los últimos cuatro meses del año en curso. Como pueden comprobar por el número de muertos y desplazados, a los que hay que sumar, entre otros, más de 200 asesinados ayer, el éxito democratizador prosigue su ruta. Todo un éxito que debemos apuntar en el haber de nuestro exlíder cósmico.

      The Associated Press

      Puntos más destacados del informe de la Misión Asistencial de la ONU en Irak dado a conocer el miércoles:

      CIVILES MUERTOS CON VIOLENCIA: Octubre, 3.709; septiembre, 3.345; agosto, 3.009; julio, 3.590.

      PROFESIONALES ASESINADOS: Se siguieron registrando asesinatos de profesionales en una cantidad alarmante durante los últimos dos meses, incluyendo a periodistas, maestros, abogados, médicos y líderes religiosos, políticos y tribales.

      DESPLAZADOS: Aproximadamente 418.392 personas han sido desplazadas por la violencia sectaria y 15.240 por operaciones militares desde que insurgentes sunitas colocaron una bomba en un santuario chiíta en Samara el 22 de febrero de 2006. Se calcula que 1,6 millones han buscado refugio en países vecinos desde 2003, y unas 100.000 personas han salido de Irak cada mes en los últimos meses.

      DETENIDOS: A fines de octubre, había 29.256 detenidos en Irak, de los cuales cerca del 46% estaban en instalaciones de la coalición y 54% en cárceles iraquíes. A fines de septiembre, había 30.104 detenidos, el 45% de ellos por la coalición y el 55% en prisiones de Irak.

      ESCUELAS ATACADAS: Las escuelas se han convertido cada vez más en blanco de ataques sectarios y otras agresiones delictivas. Más de 300 profesores y empleados del Ministerio de Educación fueron asesinados y 1.158 quedaron heridos tan solo en el 2006.

      RECLAMO DE CADAVERES: Durante octubre, más de 200 cadáveres no identificados fueron trasladados a cementerios en las dos ciudades sagradas chiítas de Karbala y Nayaf. Si una víctima murió durante una operación militar, sus familiares podrían mostrarse renuentes a reclamar el cadáver en las morgues, ante el temor de que las milicias o las fuerzas de seguridad pudieran vengarse del resto de la familia.

      FUERZAS DE SEGURIDAD IRAQUIES: El ausentismo es generalizado entre algunas fuerzas del ejército y la policía iraquíes, algunas de las cuales han sido infiltradas por milicias y escuadrones de la muerte. Tan solo en Kirkuk, la mitad de sus 5.000 policías y sus 13.000 soldados pueden no reportarse a sus puestos en cualquier momento y muchos nunca regresan.

      Circo del sol

      pasen y vean

      LA IDENTIDAD QUE VIENE DEL OCIO

      Vicente Verdú.

      Todavía queda mucha gente que considera el trabajo como la base decisiva de la identidad. La contemporaneidad, sin embargo, desmiente esta vieja creencia. El trabajo profesional ha ido descaracterizándose y el ocio, por el contrario, cargándose de elementos dispuestos a definirnos.

      Todavía hace pocos años Richard Sennett obtuvo un gran éxito con su libro La corrosión del carácter y allí se lamentaba, se sollozaba, porque el panadero de hoy no era ya el conspicuo panadero de antes, nutrido de tradición y enharinado de vocación ancestral. Tampoco el herrero o el abogado conservarían esos caracteres porque el capitalismo de consumo, su variabilidad, su superficialidad, su movilidad, los habría corroído como personajes netos.

      Efectivamente. El efecto de la cultura del consumo (histéricamente estimada como cultura del diablo) ha sido la corrosión de lo unívoco. No emprendemos la vida hoy para llegar, como dictaba Píndaro, a ser el que somos, sino precisamente para ser todo lo que ahora no somos.

      La aventura y no el proyecto estricto, la veleidad y el cambio, la imprevisibilidad o el accidente son los caracteres de nuestro tiempo. El atributo más anticontemporáneo es la dirección única, la sangre pura, la ortodoxia o el planeamiento delineado para toda la vida.

      Ni la casa, ni la pareja, el coche o el reloj son, como antes, para toda la vida. Tampoco la dedicación profesional que, entre otras cosas, nace de una titulación aplicable a tareas variopintas o todavía por pintar. No nos hacemos una identidad mediante el trabajo porque el trabajo o nos disfraza una y otra vez en sus diferentes versiones o nos resbala. Bajo la apariencia de una profesionalidad circunstancial no se construye la identidad sino, más o menos, en el territorio del tiempo libre. Libre también para ser a voluntad. De hecho, esta ha sido la respuesta del 88% de los jóvenes españoles e italianos encuestados por la empresa Synovate con implantación en 54 países y tras realizar su último estudio sobre identidad en 11 naciones europeas.

      En el ocio, a través de las elecciones musicales o de ropas, la preferencia de ídolos y marcas, la elección de parajes, videojuegos y viajes, se conforman tribus y tipos. El trabajo resulta o demasiado abrumador, explotador, voluble o poco importante para esperar la denominación de él.

      El mundo alternativo al laboral, el universo del consumo y su tiempo libre se encarga de trazar la silueta de ciudadanos/consumidores y no en el negativo sentido de su enajenación sino en el serio significado de su definición.

      El que quiera entender que entienda.

      ¿Por qué siguen sin bajar los pisos?


      FERNANDO TRIAS DE BES
      EL PAÍS  -  Opinión - 17-11-2006

      La Ley del Suelo vigente, la del "todo urbanizable", tenía como objetivo abaratar los precios de la vivienda y dar mayor autonomía a las administraciones locales sobre el destino del suelo de su municipio. Han pasado varios años y el efecto ha sido el contrario.

      Es cierto que en Europa también han aumentado los precios y que otros factores lo explican: tipos de interés, baby boom de los sesenta, inmigración, demanda extranjera de segundas residencias, y, no lo olvidemos, la especulación. En cualquier mercado, cuando la demanda aumenta, suben los precios. Por tanto, imputar el aumento de precios de los pisos a la Ley del Suelo diseñada por el PP sería injusto. Pero sí es cierto que la Ley del Suelo se diseñó para aumentar la oferta, y que más suelo urbanizable no ha servido de nada.

      ¿Por qué tras liberalizar millones y millones de metros cuadrados no bajan los precios? ¿Por qué si se construyen casi 900.000 pisos al año los precios aún suben?

      La Ley del Suelo era una idea genial, pero aplicada de manera desastrosa. La filosofía era que todo el suelo, excepto el protegido, fuese susceptible de ser urbanizado. Es decir, aumentar de la noche a la mañana el stock, liberalizar el mercado del suelo. Las leyes de la oferta y la demanda actuarían y se corregirían los precios, desinflando la burbuja. Hasta aquí, de acuerdo. Pero la ley añade algo más. Dice que todo el suelo es urbanizable... siempre que la autoridad local lo apruebe bajo la supervisión de las Comunidades Autónomas. Al no asegurarse esto último, lo que se concebía como mercado libre se convirtió en uno totalmente manipulado: los ayuntamientos deciden impunemente quién puede y quién no puede transformar suelo.

      Adicionalmente, la Ley actual propone para el cálculo del valor del suelo el método del valor residual, que viene a decir: ¿cuánto valdría este suelo si ya hubiese viviendas construidas? Se toman los precios actuales de los pisos y se hace un cálculo para determinar el correspondiente valor del terreno. En otras palabras, en el momento de una recalificación el suelo entra al mercado a precios máximos.

      ¿Es un mercado libre aquél donde un alcalde y unos pocos concejales deciden quién puede ofertar mercancía, cuál y, además, el precio de ésta?

      La Ley del Suelo no sólo no ha corregido los precios, sino que, ante la pasividad de los gobiernos autonómicos, ha traído corrupción urbanística, mafias y especulación, amén de un desastre ecológico y medioambiental en determinadas zonas del litoral español.

      Ante este desmán, el PSOE propone ahora una nueva Ley del Suelo. ¿Abaratará ésta el precio de la vivienda? Mi opinión es que no. La nueva Ley del Suelo propone que un 25% de viviendas de una actuación urbanizadora se destinen a vivienda protegida. ¿Qué va a pasar entonces con el 75% restante? Muy sencillo. Los promotores les aplicarán el margen que dejarán de percibir en las protegidas. Es como si le decimos a un frutero que está obligado a vender una de cada cuatro manzanas a un precio inferior. Mientras haya más gente en el mercado pidiendo manzanas, el comerciante les cobrará la diferencia que ha dejado de percibir por culpa del organismo que interfiere en su actividad. Habrá más viviendas protegidas, de acuerdo, pero como igualmente no habrá para todos, se perjudicará a quienes no las obtengan, personas obligadas a acudir al mercado de viviendas libres.

      La segunda medida de sustituir el cálculo de valor residual por el de valor actual es igualmente absurda. Una cosa vale lo que la gente está dispuesta a pagar por ello, no lo que una entidad pública diga que vale. Yo puedo decir que un solar que valía 100 tiene un valor de 10, pero si millones de metros cuadrados siguen en manos de pocos, éstos seguirán especulando con el ritmo al cual sacan pisos al mercado y controlando los precios. Hay millones de manzanas en el mercado, pero no hay tantos fruteros. En España, sólo 15 constructoras tienen cartera de suelo como para abastecernos con un millón y medio de pisos. Los pisos son manzanas que no se pudren y que los bancos financian a muchos años vista, así que los sacan al mercado al ritmo que conviene, no vaya a esfumarse el negocio del siglo.

      La tercera idea de que entre un 15% y 20% de las plusvalías vayan a la Administración para financiar viviendas protegidas será también contraproducente. Es como decir que un 20% de la especulación será para... ¡reducir la especulación! ¡No tiene sentido! Y es que la nueva Ley sigue olvidando la premisa fundamental. Para que los precios de un bien bajen (aunque sea un bien raíz) es necesario que demanda y oferta interactúen de modo libre y, sobre todo, en igualdad de condiciones. La demanda todavía no se ha frenado (más de 800.000 transacciones inmobiliarias en los últimos 12 meses). Y la oferta seguirá siendo manipulada, concentrada, sometida a corrupción, y ocultando la financiación de partidos políticos y ayuntamientos.

      Si la demanda no afloja, los que no consigan vivienda de protección oficial lo tendrán aún más difícil para comprarse un piso. No pueden competir con empresas, inversores o fondos inmobiliarios. Por otro lado, el mercado de segundas residencias, más cercano al turístico, motor de la economía española, ha de responder a un modelo sostenible económico y medioambiental. ¿Están los gobiernos autonómicos capacitados para ello si se autorizan urbanizaciones en zonas donde ya hoy se sabe que no hay recursos hídricos suficientes?

      Estamos mezclando las necesidades sociales de nuestros ciudadanos con las necesidades económicas del país. Ambas confluyen en un mismo mercado en desigualdad de condiciones y, además, ambos mercados responden a objetivos distintos.

      Tal vez tras la nueva ley los precios se corrijan, pero ocurrirá si la demanda baja, no porque hayamos legislado bien la oferta.


       

      La tetera de Rumsfeld y Tertsch

      La tetera de Rumsfeld y Tertsch

      Del blog de Justo Serna

      Resulta increíble la irritación con que se expresan algunos periodistas elevados a la condición de columnistas. Cuando sólo ejercían de reporteros no tenían más remedio que contenerse y, por tanto, reprimían sus ansias de pontificar. O eso, al menos, es lo que solía ocurrir. El yo del reportero ha de contenerse y su expresión y su relato no pueden mostrarnos a un observador entregado a la defensa de una causa, sino a un periodista que capta los hechos, que se documenta aceptablemente y que transmite con orden y pormenor. 

      Pero puede ocurrir que se llegue a reportero después de haber logrado celebridad como columnista. Un autor que alcanza fama como novelista y que escribe en la prensa colaboraciones vistosas y bien pagadas puede, en efecto, ejercer eventual o excepcionalmente de cronista. Fue el caso, por ejemplo, de Juan Manuel de Prada. Leímos en Abc sus crónicas papales, las de la agonía de Juan Pablo II, y esos relatos periodísticos fueron un despliegue desmesurado de santurronería, con frases inacabables, con reproches a los ateos, con celebraciones para cofrades, un atracón de abeceína mal digerida, dicen algunos. La de esos reportajes era una moralina pesadísima, la misma que destila el Juan Manuel de Prada articulista, tan esforzadamente católico, tan machaconamente creyente y comunitario, un articulista que quiere emular a Chesterton, modelo para el que le faltarían ironía e individualismo.

      Pero volvamos al modesto reportero que luego le pierde el articulismo. Ese periodista cuando cobra suficiente celebridad y se le aúpa hasta la columna, entonces alguno de ellos se dejan arrastrar por la tentación de las opiniones contundentes. Tienen voz propia y una audiencia particular, y esos datos les envanecen. Pero hay más: el engreimiento no es suficiente  para explicar sus tremendos juicios, las condenas que propalan. Hay algo de convicción firme de última hora, la irritación del converso o del que se ha quitado el maquillaje.

      En la pasada época de esta bitácora escribí en distintas ocasiones sobre Hermann Tertsch. En alguna de ellas se dignó contestarme con un tono insultante, vaya. Yo le criticaba su conversión en ideólogo neocon: su pluma se había ensombrecido, su estilo se había agraviado, su columna sólo era púlpito, su frase se había hecho trinchera, había abrazado la causa de lo políticamente incorrecto y, desde ese momento, se sabía rodeado de envidiosos y enemigos, muchos de los cuales estarían entre los colegas aparatosamente progresistas de su propio periódico. En aquella inflamación que Tertsch padeció o reveló finalmente,  aprobó a Bush de manera entusiástica, celebró a Juan Pablo II casi con fe de carbonero y repudió todo lo que como el azufre oliera a progre.

      El martes 7 de noviembre leí la última de sus columnas. En ella criticaba la comparación, sin duda desafortunada, que Rodríguez Zapatero ha hecho entre el cambio climático y el terrorismo: entre los muertos que uno y otro fenómeno provocan. Mientras el primero tiene una responsabilidad colectiva, anónima y compartida, el segundo tiene autorías bien definidas, culpabilidades precisas. Es cierto que Estados Unidos no ha firmado el Protocolo de Kioto, pero el daño climático lo hemos producido entre todos, con nuestros aerosoles o con la escapes de nuestros vehículos, con nuestra fábricas humeantes. Etcétera.

      Pero más allá de esa crítica –por equiparar la naturaleza de los muertos–, Tertsch empezaba y acababa su artículo haciendo una evaluación sumaria de quienes se habían opuesto a la guerra de Irak. Ahora los examinaba y suspendía como si de un preceptor severo y airado se tratara. En el primer párrafo decía:  

      “La percepción del riesgo es difícil de evaluar. Como la amistad, el amor y la memoria. Algunos recuerdan ahora que hace tres años sabían exactamente lo que pasaría hoy en Irak. Son fantásticos. Han ayudado a que sucediera aquello de lo que se vanaglorian. Afectará también a sus hijos. Quizás ahora mirando atrás haya alguno con el coraje moral de pensar que con una actitud occidental global distinta hoy Irak sería otra cosa. Pero la tragedia de Irak tiene un culpable claro y, por tanto, tampoco preocupa en general, sufra quien sufra. Da la razón”. 

      En el colofón del artículo, Tertsch entre otras cosas apostillaba:

      “Hoy, aniversario de la Revolución Soviética, hay elecciones en EE UU, donde un Bush tan incapaz como demonizado ha servido a otros para erigirse en supuestos jinetes de la razón frente a una catástrofe que por desgracia auspiciaron desde un principio como máxima conveniencia. Pero el cataclismo continúa”.

      Me resultaría incomprensible esta lógica argumentativa, si yo no conociera ya al personaje, si no le hubiera leído anteriores soflamas, siempre hinchadas de la retórica del Bien, ajenas presuntamente al realismo diplomático. Si hay que hacer el Bien.., se hace y punto; si hay que hacer una guerra para implantar una democracia…, se hace y punto.¿Y los que no piensan como él? Pues son aliados voluntarios o tontos de los enemigos. Como ya dije en su momento, los adversarios de Tertsch suelen ser antagonistas temibles de la humanidad (que, a mí, sin duda, me atemorizan), pero esos rivales adquieren en su prosa un perfil cada vez más abstracto y mayúsculo, con un énfasis próximo al de Bush: el Nacionalismo criminal, el Terrorismo homicida, el Fanatismo intolerante, claro. Se trata de grandes abstracciones, como la Maldad, que él detecta, percibe e identifica en personajes reconociblemente perversos o en tipos secundarios aparentemente inocuos.

      Al leerle otra vez, he recordado Irak. La tetera prestada, un libro de Slavoj Zizek, que les recomiendo vivamente. Es un volumen extraño de un sociólogo esloveno de gran éxito actual. No es un bluff. Es un tipo preparadísimo dotado de una erudición apabullante y de una formación freudiana-lacaniana que, si no se le desborda, da como resultado análisis finísimos e implacables. Es imposible glosar aquí todos los matices de su pensamiento zigzagueante, pero sí quería valerme de un par de ideas. 

      “Fue la misma inflamación de la retórica ética abstracta de las declaraciones públicas de George W. Bush (del tipo de ‘¿Tiene el mundo el valor de actuar contra el Mal o no?’) lo que reveló la profunda pobreza ética de la postura norteamericana; la función de la referencia ética aquí es puramente mistificadora; solamente sirve para ocultar lo que está en juego desde el punto de vista político, lo cual no es difícil de ver”. A lo largo de su volumen repasa lo que Bush y Rumsfeld argumentaron o pretextaron para invadir Irak, lo endeble de sus posiciones, y sobre todo los verdaderos efectos de ese conflicto: una revolución blanda que ha de transformar nuestras sociedades con la obsesión de la seguridad y del control panóptico de los ciudadanos. En el viejo panóptico de Jeremy Bentham –luego glosado por Michel Foucault en Vigilar y castigar–, un espacio ha de ser vigilado por un solo custodio con un simple golpe de vista. Por eso, la disposición arquitectónica del edificio tiene forma circular. Ahora, por el contrario, estos primitivismos técnicos han sido superados por la sofisticación de los sistemas de control o por la incorporación de los ciudadanos a labores de vigilancia interna).

      Pero, en su libro, lo que mejor trata Zizek es la lógica de la intervención americana: “sólo intentamos hacer el bien, ayudar a otros, traer la paz y prosperidad, y mira lo que nos dan a cambio…” Es una lógica antigua y glosada por el propio cine americano (Centauros del desierto o Taxi Driver), una forma de operar que vemos en “la figura del ‘americano tranquilo’, un agente ingenuo y benevolente que sinceramente quiere llevar la democracia y la libertad occidental a los vietnamitas [por ejemplo]; lo que ocurre es que sus intenciones falla totalmente, o, como escribió Graham Greene, “nunca conocí a un hombre que tuviera mejores motivos para todos los problemas que causó”. Sinceramente o no, lo cierto es que Donald Rumsfeld, George W. Bush pretextaron hacer el bien, se disculparon con los mejores motivos, para finalmente ocasionar un sinfín de problemas en Irak y fuera de Irak.

      Hermann Tertsch suele escribir con la misma inflación retórica de Bush, apelando al Bien (la tetera prestada que me devuelves rota), y suele reprocharnos que no convengamos con él en sus argumentos de ética abstracta. Lo que no sabíamos es que Rumsfeld  iba a dimitir y, en cambio, Tertsch nos iba a seguir amonestando, echando la culpa de lo que sus admirados guerreros no supieron hacer prever u organizar. A ojos del columnista, quienes acertaron en la predicción de lo que finalmente ha ocurrido no fueron  clarividentes, sino responsables del cataclismo, pues por acción o por omisión “han ayudado a que sucediera aquello de lo que se vanaglorian”. Es decir, la conclusión de Tertsch es absolutamente inverosímil y se basa en la lógica diplomática del Gobierno Bush: “el mensaje subyacente”, dice Slavoj Zizek, “es siempre ‘Lo haremos con o sin vosotros’ (en resumen: sois libres de estar de acuerdo con nosotros, pero no sois libres de no estar de acuerdo). Aquí aparece de nuevo la vieja paradoja de la elección obligatoria: la libertad de elegir a condición de que uno tome la decisión correcta”. En fin, la tetera ya está rota.

      Anarquistas en el Gobierno de la República

      Anarquistas en el Gobierno de la República

      El 4 de noviembre de 1936, hoy hace setenta años, cuatro dirigentes de la CNT entraron en el nuevo Gobierno de la República en guerra presidido por el socialista Francisco Largo Caballero. Era un "hecho trascendental", como afirmaba ese mismo día Solidaridad Obrera, el principal órgano de expresión de la CNT, porque los anarquistas nunca habían confiado en los poderes de la acción gubernamental y porque era la primera vez que eso ocurría en la historia mundial. Anarquistas en el Gobierno de una nación: un hecho trascendental e irrepetible.

      Pocos hombres ilustres del anarquismo español se negaron entonces a dar ese paso y las resistencias de la "base", de esa base sindical a la que siempre se supone revolucionaria frente a los dirigentes reformistas, fueron también mínimas. El verano, sangriento pero mítico verano revolucionario de 1936, ya había pasado. Anarquistas radicales y sindicalistas moderados, que se habían enfrentado y escindido en los primeros años republicanos, estaban ahora juntos, esforzándose por obtener los apoyos necesarios para poner en marcha sus nuevas convicciones políticas. Se trataba de no dejar los mecanismos del poder político y armado en manos de las restantes organizaciones políticas, una vez que quedó claro que lo que sucedía en España era una guerra y no una fiesta revolucionaria.

      El Comité Nacional de la CNT eligió los cuatro nombres destinados a tan sublime misión: Federica Montseny, Juan García Oliver, Joan Peiró y Juan López. En esos cuatro dirigentes estaban representados de forma equilibrada los dos principales sectores que habían pugnado por la supremacía en el anarcosindicalismo durante los años republicanos: los sindicalistas y la FAI. Joan Peiró y Juan López, ministros de Industria y Comercio, quedaban como indiscutibles figuras de aquellos sindicatos de oposición que, tras ser expulsados de la CNT en 1933, habían vuelto de nuevo al redil poco antes de la sublevación militar. Juan García Oliver, nuevo ministro de Justicia, era el símbolo del "hombre de acción", de la "gimnasia revolucionaria", de la estrategia insurreccional contra la República, que había ascendido como la espuma desde las jornadas revolucionarias de julio en Barcelona. A Federica Montseny, ministra de Sanidad, la fama le venía de familia -hija de Federico Urales y Soledad Gustavo- y de su pluma, que había afilado durante la República para atacar, desde el anarquismo más intransigente, a todos los traidores reformistas. Ella iba a ser además la primera mujer ministra en la historia de España.

      Del paso de la CNT por el Gobierno quedaron escasas huellas. Entraron en noviembre de 1936 y se fueron en mayo de 1937. Poco pudieron hacer en seis meses. Se ha recordado mucho más lo que significó la participación de cuatro anarquistas en un Gobierno que su actividad legislativa. Como la revolución y la guerra se perdieron, nunca pudieron aquellos ministros pasear su dignidad por la historia. Y como no podía ser menos, a semejante acto de ruptura con la tradición antipolítica se le achacaron todas las desgracias. Para la memoria colectiva del movimiento libertario, derrotado y en el exilio, de aquella traición, de aquel error sólo podían derivarse funestas consecuencias. Toda la literatura anarquista posterior, cuando se enfrentó a ese tema, dejó el análisis a un lado para descargar la retahíla de reproches éticos harto conocidos. A un lado quedaba la revolución, vigorosa, soberana; al otro, su destrucción, hecha realidad por la ofensiva que desde el poder se emprendió contra las milicias, los comités revolucionarios y las colectivizaciones, las tres solemnes manifestaciones del cambio revolucionario.

      Se menospreció así, en ese ajuste de cuentas con el pasado, lo que de necesario y positivo hubo en aquel giro extraordinario. Necesario, porque la revolución y la guerra, que los anarquistas no habían provocado, obligaron a articular una solución que, evidentemente, debía alejarse de las doctrinas y actitu-des que históricamente les habían identificado. Positivo, porque esa defensa de la responsabilidad y de la disciplina, que convirtió precisamente la participación en el Gobierno en uno de sus símbolos, mejoró la situación en la retaguardia, evitó bastantes más derramamientos inútiles de sangre de los que hubo y contribuyó a mitigar la resistencia que la otra estrategia disponible, la maximalista y de enfrentamiento radical con las instituciones republicanas, había alimentado.

      Es evidente que un análisis de este tipo, que separa al historiador del juicio de autenticidad sobre la pureza doctrinal de aquellos protagonistas, lleva a considerar otras facetas olvidadas. Como la de que fuera un "anarquista de acción" como García Oliver quien consolidara los tribunales populares o creara los campos de trabajo, en vez del tiro en la nuca, para los "presos fascistas". O que a un sindicalista de toda la vida como Joan Peiró le correspondiera regular las intervenciones e incautaciones de las industrias de guerra. O que una mujer, en fin, escalara a la cúspide del poder político, un espacio negado tradicionalmente a las mujeres y que Franco volvería a negar durante décadas, desde donde pudo emprender una política sanitaria de medicina preventiva, de control de las enfermedades venéreas, una de las plagas de la época, y de reforma eugenésica del aborto que, pese a quedarse en una mera iniciativa, avanzó algunos debates todavía presentes en nuestra sociedad actual.

      Acabada la guerra, las cárceles, las ejecuciones y el exilio metieron al anarquismo en un túnel del que no volvería a salir. En la memoria de los anarquistas, y en la literatura y en el cine, se agrandó la figura de Buenaventura Durruti, con su pasado novelesco y sus hazañas de héroe, y quedaron en la oscuridad, por el contrario, otras figuras como la de Joan Peiró, un obrero que dedicó su vida a fabricar bombillas, organizar sindicatos y ajustar el anarquismo al reloj de la historia. Denunció antes que nadie, y por escrito, desde agosto de 1936, la violencia revolucionaria de destrucción del contrario. Cuando, después de los sucesos de mayo de 1937, Manuel Azaña encargó a Juan Negrín la formación de un nuevo Gobierno sin la CNT, Peiró acusó a los comunistas de haber provocado la crisis y denunció la represión desencadenada contra el POUM. Con la ocupación de Cataluña por el ejército de Franco, huyó a Francia, donde le detuvo la Gestapo en noviembre de 1940; entregado a las autoridades franquistas, fue ejecutado el 24 de julio de 1942.

      El anarquismo arrastró tras su bandera roja y negra a sectores populares diversos y muy amplios. Arraigó con fuerza en sitios tan dispares como la Cataluña industrial, en donde además, hasta la Guerra Civil, nunca había podido abrirse paso el socialismo organizado, y la Andalucía campesina. Muchos de sus militantes participaron durante décadas en una frenética actividad cultural y educativa. Pero en ese recorrido siempre le acompañó la violencia. Su leyenda de honradez, sacrificio y combate fue cultivada durante décadas por sus seguidores. Sus enemigos, a derecha e izquierda, siempre resaltaron la afición de los anarquistas a arrojar la bomba y empuñar el revolver. Son, sin duda, imágenes exageradas a las que tampoco hemos escapado los historiadores, que tan a menudo nos alimentamos de esas fuentes, apologéticas e injuriosas, sin medias tintas. Una prueba más de las múltiples caras de lo que ahora llaman muchos, en singular, memoria histórica.

      Julian Casanova (El país)


       

      Atrapar a un ángel

      Atrapar a un ángel

      El País.es JACINTO ANTÓN  -  Barcelona 


      "Una y otra vez, interrumpida por lo oscuro y la caída, / brillaba ella terrena. Hasta que tras terribles golpes / franqueó el portal abierto, sin consuelo". Los versos del número 24 de los Sonetos a Orfeo, de Rilke, su poeta preferido, condensan la vida y el destino de Annemarie Schwarzenbach (Zúrich, 1908-Sils, 1942), el ángel devastado, la viajera y escritora suiza cuyo nombre no deja de remontar en el firmamento literario en los últimos años y que hizo de su existencia un fulgurante meteoro consumido por la pasión, las drogas y el mal de vivre. "Es curioso, si fueras un chico, se diría sin duda que eres de una belleza extraordinaria", le soltó Thomas Mann durante una visita de la muchacha, íntima amiga de sus hijos Erika y Klaus, rindiendo tributo el mago a su belleza andrógina y pensando seguramente en el Tadzio de Muerte en Venecia. También Anaïs Nin, que la conoció en 1943 en Brooklyn, la describió en su diario como un chico.

      Compleja, ambigua, inasible y a la vez perturbadoramente frágil, símbolo y víctima de una época, la Schwarzenbach ha devenido con el tiempo un personaje de culto, un icono de la fuerza de un James Dean o un Lawrence de Arabia, a los que le unen la extrema sensibilidad (hasta la inestabilidad), una insondable desesperanza, el amor a las máquinas (le encantaba conducir automóviles) y una trágica muerte en accidente -la de ella, al caer de una bicicleta, como Nico, la cantante de la Velvet, otro ángel arrasado-. Autora de varias obras de sombría belleza (en castellano está disponible su hermosa Muerte en Persia, en Minúscula, y la misma editorial publicará en febrero Todos los caminos están abiertos. El viaje a Afganistán 1939-1940), Annemarie Schwarzenbach es un personaje que despierta un interés rayano en la obsesión. Seguramente porque devuelve una mirada especular en la que uno puede proyectar todas sus dudas, anhelos y temores.

      La hicieron sufrir -su familia, los hermanos Mann, su condición homosexual, sus adicciones, sus internamientos (camisa de fuerza incluida), las circunstancias de su época-, pero en su dolor hay una extraña dimensión colectiva, como si concentrara las penas de su tiempo y vaticinara las nuestras.

      Su biógrafa más reciente, Dominique Laure Miermont (Annemarie Schwarzenbach, Payoy, 2004; en castellano puede leerse la biografía de Dominique Grente y Nicole Müller publicada por Circe), ha dicho que su rostro, plasmado en el maravilloso retrato que le realizó en 1932 en Berlín Marianne Breslauer -y que le hacía pensar a la fotógrafa alumna de Man Ray en "el arcángel Gabriel en el Paraíso"- representa "el mal de Europa", la enfermedad existencial del continente. En ese retrato de Annemarie, con el pelo cortado a lo garçon, los labios entreabiertos, la mirada de una impenetrable tristeza, una sombra vela la parte derecha del rostro: die dunkle Seite, el lado oscuro, la faceta tenebrosa de su alma.

      Como se ve, un aura espesamente romántica rodea a la Schwarzenbach y acercarse a ella resulta peligrosamente embriagador. La última en hacerlo desde la literatura ha sido otra escritora, Melania G. Mazzucco, la tan elogiada autora de Vita, que ha escrito una hermosa novela sobre Annemarie Schwarzenbach, Ella tan amada (Anagrama). Mazzucco estuvo el lunes en Barcelona para presentar su libro y explicar cómo trató de atrapar en las redes de la narrativa al ángel inconsolable. "Ha sido un largo viaje hacia ella, en el curso del cual tuve que aprender el alemán, porque no puedes sentir a un escritor sin conocer su idioma", dijo la novelista romana. "La busqué en sus viajes, en su literatura, leyendo todo lo que escribió y descubriendo que aunque olvidada tantos años, Annemarie fue una escritora de gran nivel. Otro camino fue sondear su presencia en la obra de escritores que la conocieron. Ella tuvo el extraño destino de convertirse en personaje literario en vida. Aparece en los libros de Thomas y Klaus Mann, en La Ruta cruel (Timun Mas, 1999) de Ella Maillart como la inolvidable Christina... Una vida mitografiada. Mezclando esos niveles, el documental, de la vida real, y toda la leyenda creada a su alrededor escribí mi novela". Mazzucco, que dice no haber inventado nada y haber conseguido no enamorarse del personaje, ha estudiado la obra fotográfica de Annemarie, incluido material inédito y ha podido reconstruir dos episodios oscuros de su vida como son el viaje al Congo Belga en 1941, con sus reflexiones delirantes, y los meses de penosa agonía tras la caída en bicicleta, cuando el ángel se arrastraba enajenada por el suelo como un animal. También se ha sumergido en el aspecto manicomial de su historial clínico -Annemarie recorrió los mejores psiquiatras de su época-, en el que encuentra conexiones junguianas con el símbolo del mensajero y el joven eterno. Para Mazzucco, lo más interesante de este "andrógino perfecto, esta mujer-chico que mimetizaba al otro sexo, es como encarna el mito de toda una generación: el viaje, las drogas, la sexualidad libre, la revuelta contra la burguesía y los padres...".

      Ella tan amada, toma su precioso título de otro poema de Rilke, en el que "ella" es Eurídice. "Quise escribir para reencontrarla", dice Mazzucco, "y Rilke me dio la clave: tan amada, Annemarie, pero incapaz de entregarse".



       

      La Ilegalizada

      Arcadi Espada


      El portavoz Permach llama «irresponsable» al presidente Zapatero. A continuación dice que se siente sorprendido porque el Gobierno considere grave el robo con violencia de unos cientos de pistolas. Y remata: «Hechos graves hay muchos», aludiendo a las acciones judiciales contra miembros y bienes de Batasuna. Las declaraciones tienen el poder (casi poético) de sintetizar el momento de España. Alguien compara, henchido de legitimidad, la actuación del Estado de Derecho con la de un grupo de delincuentes. Pero su delirio no aparece en una octavilla internáutica, sino en la primera página de los periódicos. La negociación con los terroristas ha provocado dos consecuencias: La primera, y fundamental y visible, es la ausencia de cadáveres. La segunda, mucho menos evidente, es el descrédito de la razón. No es que la democracia española vaya a pagar el llamado precio político; es que lo está pagando: Batasuna está cada día en los periódicos (es decir, en el espacio público) ilegalizando todo lo que toca, y lo que toca forma parte del patrimonio político y moral de la democracia. Debo decir, para que se vea claramente desde qué lugar hablo, que por el momento yo compro. Que cambio vidas por la obligación de frecuentar a Permach y Barrena, analistas. Me sorprende que los demócratas exasperados, todos aquellos que ante cualquier movimiento del Gobierno hablan, inmediatamente, de alta traición, no digan alto y claro que no quieren negociar con terroristas y que afrontarán la reanudación del asesinato (tienen que llegar hasta aquí: si no, no cuenta); me sorprende que no haya este tipo de hombres y mujeres nítidos en un país tan heroico.

      Pero aunque los hubiera, no los acompañaría. A diferencia de personalidades más complejas yo no quiero convivir y reconciliarme con, ni entender y perdonar a: concretamente me daría mareos que me pidieran perdón. Mi único interés es vencerles. Creo que negociar puede ser una de las formas de vencer. Sin embargo, entre las condiciones elementales de una negociación victoriosa está la de identificar en cada momento lo que se está dando a cambio. La naturalidad con que circulan las afrentas de Batasuna («la ilegalizada Batasuna», dicen, para legalizar y legalizarse) y los mecanismos automáticos de estímulo/respuesta que parecen haberse creado entre los terroristas y los demócratas erosionan la democracia y la vida. Y también me preocupa, más vulgarmente, el aumento de caché que establece cada uno de sus apoderamientos mediáticos. El matonismo, ahora verbal, de la Ilegalizada no es un texto que leer, sino una factura a pagar. Guarismos no versos. Pido solemnemente que cada día se anoten en cuenta.

      Dos ejemplos

      Dos ejemplos

      ¿Quién dijo que la literatura norteamericana carecía de grandes escritores? Aquí traigo a dos: un vivo y un muerto.

      Del muerto admiro todo y me alegra coincidir con Vila Matas en la comparación que hace de Carver con Faulkner, Mac Cullers y Flannery O'Connor, ahí es nada. Ahí es todo. Carver es un escritor que atrapa en el microespacio de unas horas todo un mundo, su mundo, que es el nuestro.

      Auster, premio Príncipe de Asturias de las letras, nos ha descrito como ninguno la música del azar. La casualidad como detonante de historias que se hacen vida gracias a otras casualidades. Y con una escritura muy caveriana.

      Auster y Carver, dos buenos compañeros de viaje.

      (En la foto mi amada Mac Cullers )

      Un vídeo único

      Torturas en la comisaría del distrito de Groznenski

      Torturas en la comisaría del distrito de Groznenski

      "La mayoría de los jóvenes chechenos han sido condenados por terrorismo en causas amañadas o sin pruebas"
      Anna Politkóvskaya  

      Cada día tengo ante mí decenas de carpetas. Son las copias de los expedientes de las causas penales de personas encarceladas o que se encuentran bajo investigación por "terrorismo". ¿Por qué la palabra "terrorismo" entre comillas? Porque la mayoría de esas personas han sido designadas terroristas. Y esta práctica de "designar terroristas" no sólo desplazó en 2006 la verdadera lucha antiterrorista, sino que comenzó a multiplicar a los deseosos de venganza, a potenciales terroristas. Cuando la fiscalía y los tribunales trabajan no en aras de la ley ni para castigar a los culpables, sino por encargo político y para rendir cuenta antiterrorista al Kremlin, las causas penales se fabrican como tortillas.

      La cadena de montaje para "conseguir confesiones" garantiza de manera magnífica buenos indicadores de "lucha contra el terrorismo" en el Cáucaso del Norte. He aquí lo que me escribieron las madres de un grupo de jóvenes chechenos condenados: "Las prisiones reformatorias se han convertido en campos de concentración para los jóvenes chechenos que han sido condenados. Son discriminados por motivos étnicos".

      "No les permiten salir de las celdas ni de los calabozos de castigo. La mayoría o casi todos los jóvenes han sido condenados en causas amañadas, sin pruebas. En condiciones de extrema crueldad, sometidos a humillaciones de su dignidad humana, ellos comienzan a odiar. Y es todo un ejército de hombres que volverán adonde nosotros con sus vidas y sus mentes destrozadas...".

      Honestamente, temo su odio. Temo, porque rebasará los márgenes. Tarde o temprano. Y no serán los investigadores que los torturaron quienes pagarán los platos rotos. Las causas de los "terroristas designados" es el campo en el que chocan frontalmente dos posturas ideológicas sobre lo que ocurre en la zona de la "operación antiterrorista en el Cáucaso Norte": ¿combatimos la ilegalidad con la ley? ¿o golpeamos con nuestra ilegalidad la de ellos? Estos dos enfoques chocan y sacan chispas hoy y también lo harán en el futuro. Como resultado de la "designación de terroristas" aumenta el número de aquellos que no quieren conformarse con ello.

      Hace poco, Ucrania extraditó a petición rusa a Beslán Gadáyev, detenido a comienzos de agosto durante una verificación de documentos en Crimea, donde vivía en condición de desplazado forzoso. He aquí unas líneas de una carta suya fechada el 29 de agosto: "... Después de que me extraditaron de Ucrania a Grozni me llevaron a un despacho y me preguntaron inmediatamente si yo había matado a la gente de la familia Salíjov, a Anzor y a su amigo, un camionero ruso. Juré que no había matado a nadie y que no había derramado la sangre de nadie, ni del checheno ni del ruso. Me dijeron: 'No, tú los mataste'. Volví a negarlo. Después de que por segunda vez dije que no había matado a nadie comenzaron a golpearme. Primero, me dieron dos puñetazos en la zona del ojo derecho. Cuando recuperé el sentido despúes de esos golpes me torcieron los brazos y me esposaron con las manos por delante, y entre las piernas, por el costado, introdujeron un tubo para que yo no pudiera mover los brazos aunque ya estaba esposado. Luego me cogieron, mejor dicho cogieron el tubo por el extremo al que yo estaba enganchado y me colgaron entre dos cajoneras, a una altura de cerca de un metro.

      "Inmediamente después de que me colgaron me fijaron unos cables en los meñiques de las manos. Un par de segundos después comenzaron a darme golpes de corriente eléctrica y a golpearme con porras de goma por todas partes. Sin poder soportar el dolor, empecé a gritar y a invocar el nombre del Todopoderoso. Como respuesta, para no oír mis gritos me pusieron una bolsa negra en la cabeza. No recuerdo cuánto tiempo duró aquello, empecé a perder el conocimiento del dolor. Al ver que perdía el sentido me quitaron la bolsa de la cabeza y me preguntaron si iba a hablar. Les dije que sí, aunque no sabía de qué iba a hablar. Les contesté así para librarme del suplicio aunque sea por un momento".

      "Me descolgaron y me arrojaron al piso. Me dijeron: 'Habla'. Les respondí que no tenía nada que decir. En respuesta a mis palabras me golpearon con el tubo en el que me habían colgado también en la zona del ojo derecho. A causa de los golpes caí sobre un costado y, ya casi inconsciente, sentí cómo seguían dándome golpes por doquier... Otra vez me colgaron y todo volvió a repetirse. No recuerdo cuanto se prolongó. Me arrojaron agua varias veces"

      "Al día siguiente me bañaron, me embadurnaron la cara y el cuerpo con algo. A la hora de almuerzo vino a verme un policía de civil y me dijo que habían venido unos periodistas y que yo tenía asumir la autoría de tres asesinatos y un asalto. En caso de que no lo hiciera me amenazó con que abusarían sexualmente de mí. Acepté. Después de la entrevista con los periodistas, me obligaron a firmar una declaración en que se decía que todos los golpes los había recibido durante un intento de fuga..."

      El abogado Zaúr Zakríyev, que defendió a Beslán Gadáyev, declaró a los colaboradores de (la organización de derechos humanos) Memorial que en la comisaría del distrito de Groznenski su defendido fue sometido a abusos físicos y psicológicos. Como se desprende de la declaración del letrado, su defendido se declaró culpable de un asalto en 2004 contra efectivos policiales. Sin embargo, los agentes del Departamento Distrital del Ministerio de Interior decidieron que se declarara culpable de una serie de delitos en la aldea Stárie Ataguí (distrito de Groznenski) que él no había cometido.

      Según el abogado, el cuerpo de su defendido presenta lesiones causadas por los crueles malos tratos a los que fue sometido. En la enfermería del centro de detención preventiva Nº1 de Grozni, donde actualmente se encuentra Gadáyev (acusado de bandidismo, artículo 209 del Código Penal de Rusia), se levantó un acta médica en la que se dejó constancia de multiples lesiones, cicatrices, magulladuras, hematomas, costillas rotas y visceras comprometidas.

      Por todas estas violaciones flagrantes el abogado Z. Zakriev presentó una queja ante la Fiscalía de la republica de Chechenia...

      PS. Aquí termina el artículo de Politkóvskaya. Quedó inconcluso. La Redacción de

      Nóvaya Gazata intenta esclarecer qué episodios quedaron fuera del texto.

       

      Nota de la Redacción de 'Nóvaya Gazata

      Todos nos preguntan si el asesinato de Anna Politkóvskaya está relacionado con la preparación de su artículo sobre las torturas, que anunció durante su entrevista a radio Libertad el 5 de octubre, un día antes de su muerte. Hoy en esta página publicamos fragmentos del material que nuestra comentarista dejó inconcluso. Se trata del testimonio directo del uso de las torturas, confirmado por los exámenes médicos. Además, Politkóvskaya recibió un vídeo en el que se ve a supuestos miembros de los servicios secretos chechenos torturando a dos jóvenes. Del cuello de uno sobresale un cuchillo y sangra abundantemente; el otro yace en el suelo malherido. Pedimos a la persona que le envió el vídeo que contacte con nosostros. La filmación la hicieron los mismos verdugos.

      11 de septiembre de 2006

      Bono rechaza ser el candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid

      El ex ministro de Defensa mantiene su decisión de permanecer alejado de la vida política

      ELPAIS.es / AGENCIAS  -  Madrid
      ELPAIS.es  -  España - 11-10-2006

      José Bono no será el candidato de los socialistas a la alcaldía de Madrid, según han informado fuentes del PSOE. Ayer por la mañana, el político castellano-manchego reconocía que le "agradaba" el ofrecimiento porque "a nadie le amarga un dulce", lo que llevó a pensar que podía encabeza el cartel del PSOE. Finalmente, Bono mantiene su decisión de permanecer alejado de la vida política, que adoptó en abril pasado cuando dimitió como ministro de Defensa. Preguntado ayer por la mañana en Madrid por el ofrecimiento del PSOE para ser el rival del popular Alberto Ruiz Gallardón en las elecciones municipales de mayo, Bono dijo: "Debo decirle que es algo que, personalmente, me agrada. No me amargan los dulces. Me alegra que en mi partido se acuerden de mí para un puesto de esa importancia".

      Y continuó: "La decisión sobre los candidatos electorales corresponde en primer lugar al partido y el partido sabe que yo quiero estar en una segunda línea, que soy militante del partido y que debe tomar las decisiones oportunas". Con esta y las siguientes declaraciones, Bono se ponía a disposición del partido. "Ahora el partido en Madrid, y el partido a nivel federal y el presidente del Gobierno tienen que tomar las decisiones que crean oportunas; yo no creo que deba adelantarlas, ni alimentar ningún tipo de especie que no he promovido".

       

      A partir de estas consideraciones, el alborozo reinó en el PSOE, tanto en la dirección federal como en la ejecutiva de Madrid. En esos ámbitos pasaron por alto las primeras consideraciones de Bono respecto a que él había abandonado la primera línea de la política, voluntariamente, para dedicarse "más a su familia". Esta cierta disposición se produjo un día después de que Bono mantuviera una entrevista en La Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Al anochecer del pasado lunes, después de una larga entrevista entre ambos, Zapatero despidió a Bono advirtiéndole de que no renunciaba a convencerle y que en la próxima reunión, sin fijar la fecha, daba por seguro que su ex ministro pronunciaría el sí, según han señalado fuentes gubernamentales a EL PAÍS.

       

      El presidente del Gobierno, aún sin candidato para las elecciones de mayo en Madrid, ha estado presionando a Bono para que aceptara la candidatura. Cuando hace seis meses Bono se retiró del Gobierno, Zapatero anunció: "Si él quisiera, no se iría. Me encargaré personalmente de que su retirada de la política no sea definitiva". José Bono desveló en septiembre que Zapatero le había ofrecido ser candidato a la alcaldía de Madrid. "Ni soy de Madrid, ni vivo en Madrid. Nunca me han gustado los paracaidistas en política", replicó Bono, según su propia confesión.

       


       

      La sonda espacial 'Opportunity' toma una espectacular fotografía de un cráter de Marte

      La sonda espacial 'Opportunity' toma una espectacular fotografía de un cráter de Marte

      El País.es

      La nueva sonda Opportunity, de la agencia espacial estadounidense NASA tomó una espectacular fotografía del robot explorador Mars Reconnaissance Orbiter (MRO por sus siglas en inglés) posado sobre el borde de un cráter. El MRO llegó al planeta rojo en marzo, y ahora se encuentra en una posición adecuada para iniciar investigaciones científicas. Sus imágenes del cráter Victoria les permitirán a los científicos estadounidenses decidir a dónde hay que enviar al Opportunity para realizar un estudio de campo.

      Visto desde una altura de 297 kilómetros, el robot de 2,3 metros de ancho parece un puntito. "Éste es un gran ejemplo de cómo nuestras misiones a Marte, tanto a su órbita como a su superficie están diseñadas para complementarse entre sí y aumentar nuestra habilidad de explorar y descubrir", afirmó Doug McCuistion, director del programa de exploración a Marte en Washington.

       

      Vistas complementarias

       

      Durante los últimos 21 meses terrestres, la sonda Opportunity ha estado acercándose al cráter Victoria. El cráter tiene paredes altas con capas de rocas expuestas que pueden dar a los científicos nueva y significativa información sobre el pasado geológico del planeta.

       

      El robot ya ha encontrado evidencia de peso de que la región del planeta en la que se encuentra, el Meridiani Planum, estuvo cubierta por aguas poco profundas hace millones de años. Se espera que la investigación sobre las rocas en el cráter Victoria pueda aportar más datos para completar la historia.

       

      El principal investigador del programa, Steve Squyres, ha declarado que el Opportunity llevaría a cabo una breve misión de reconocimiento del borde antes de que se tome la decisión de ingresar o no dentro del cráter. "La combinación de una vista aérea y una desde el suelo es mucho más poderosa que cualquiera de las dos solas", señaló Squyres. "Si uno fuese un geólogo conduciendo un todo terreno hasta el borde de un cráter, lo primero que haría sería mirar la foto aérea que uno tomó y usarla para entender lo que uno está mirando desde el suelo. Eso es exactamente lo que estamos haciendo aquí".

       

      Antes de tomar una decisión, los científicos quieren determinar si las laderas que llevan al interior del cráter son lo suficientemente firmes como para que el Opportunity pueda salir, una vez que esté adentro.