29 de diciembre
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" 34 Devere Gardens W. Sábado, 12 de enero de 1859: Anoto aquí la historia de fantasmas que el arzobispo de Canterbury me contó en Addington (la noche del jueves 10); un mero boceto, vago, general, impreciso, puesto que no otra cosa le había referido (de modo harto malo e imperfecto) una dama que no poseía el arte de narrar ni claridad alguna. Es la historia de unos niños (de edad y en número indefinidos) que, muertos presumiblemente los padres, quedan al cuidado de sirvientes en una vieja casa de campo. Los sirvientes, malvados y corrompidos, corrompen y depravan a los niños; los niños se vuelven viles, capaces de ejercer el mal en un grado siniestro. Los sirvientes mueren (la historia no dice claramente como) y sus apariencias, sus figuras, vuelven para poseer la casa y a los niños, a quienes parecen tentar a quienes invitan y convocan desde más allá de lugares peligrosos, el profundo barranco tras una cerco derruido, etc, de modo que al entregarse a su poder los niños pueden destruirse, perderse. No sé perderán mientras alguien los mantenga alejados; pero estas malignas presencias insisten una y otra vez, intentando hacer presa de ellos. Es cuestión de que los niños "vayan hacia allá". La pintura, la historia, es demasiado oscura e inacabada, pero inspira la realización de un efecto extrañamente horripilante. Ha de contarla-es tolerantemente obvio-un testigo u observador externo. " ( Henry James. Cuaderno de notas )
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Como ya puso de manifiesto hace un año Amnistía Internacional, la pena de muerte a Sadam Husein ,y su rápida ejecución ( se habla del 2 de enero próximo), tenía una clara razón de ser: establecer de facto una ley de punto final sobre las responsabilidades del propio estado para con las víctimas del régimen de Sadam y declarar la impunidad de numerosos funcionarios (oficiales, jueces, científicos, etc) que, dada la legislación iraquí, ya no tendrían que responder de sus delitos ante los tribunales. Funcionarios que hoy forman el cuerpo central de la nueva administración iraquí diseñada por EEUU.
Recordemos : la legislación que ha sentenciado a Sadam a muerte es la misma que le sirvió al dictador para mantenerse en el poder. Parece que los invasores siguen en su línea de que los fines justifican los medios.
La ejecución de Sadam, personaje perfectamente amortizado en esta historia de ilegalidades, sólo servirá para definir un poco más, si cabe algo más , una de las mayores ignominias que se han cometido en nombre de la democracia.
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