8 de Febrero de 2006
Arterias
Metro de Madrid, línea cuatro, primer vagón, resumen : cuatro lectores de libros, tres de periódicos [uno de pago, dos gratuitos]. resto, hasta completar quince personas [contadas] buscan sus pensamientos en el piso del vagón : todos miran al suelo que nos sostiene. Pegado a una de las entradas, o salidas,[ambivalencia], un poema de Jaime Gil de Biedma para animar a la lectura. De todos, soy el único que mantiene la cabeza levantada, el único que los mira, el único que contempla catorce rostros y que lo hace, pienso ahora, porque *todos* están perdidos en un tiempo de espera, como yo, aunque los contemple a *todos* y disimule un paisaje, porque justo cuando el tren se para allí donde deseaba, me levanto sin mirarlos , me bajo junto a Jaime Gil, y me olvido para siempre de todos y cada uno de ellos porque debo transbordar a otra línea y hacer otro recuento, otra estadística, volver a intuir que llegarás a algún sitio donde te espera un poeta pegado a una puerta ambivalente que escrutará los datos.
3 comentarios
Jordan Flipsyde -
Mnemosine -
De la introducción del libro de Roland Jaccard "El exilio interior".
Los medios de transporte urbanos son definitivamente de una trsiteza insondable.
*betelgeuse* -