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el mundo fragmentado

DIOS NOS LIBRE DE SALVADORES.

DIOS NOS LIBRE DE SALVADORES.

Siempre me dieron miedo “LOS SALVADORES” por su populismo y demagogia barata. Nací bética, como nací de raza blanca.A los pocos días de ver este mundo me hizo mi padre socia del Real Betis Balompié. Desde entonces hasta hoy he tenido que convivir con este hereditario gen en las buenas y en las malas épocas. Mi gen consiste en ser accionista, socia, aficionada y seguidora del Real Betis Balompié, un club histórico, con solera y filosofía vital adquirida a lo largo del tiempo, con el concurso principalmente de su afición, sus jugadores, sus entrenadores y hasta a veces de sus presidentes y gestores. Peino ya canas y soy de la generación del Villamarín cuando todos los béticos, de gol, de fondo, de preferencia y ahora de voladizo, teníamos una identidad .Naturalmente sabíamos quien era nuestro Presidente, pero eso era lo de menos, por encima de todo estaba El CLUB y no conocíamos más estrellas que las que demostraban su valía sobre el terreno de juego. Tras convertirnos en Sociedad Anónima aprendimos que El Betis era algo más que un club, algo mucho más importante que un club, algo mucho más importante que su afición, sus jugadores o sus entrenadores. El Betis pasaba a tener un dueño, un accionista mayoritario, pero era normal, los tiempos habían cambiado y la sociedad debía modernizarse, como toda Sociedad Anónima tendría un equipo de gestores, una organización moderna con una distribución de funciones para diferentes áreas de competencia. Sus accionistas, cada uno dentro de sus posibilidades económicas y sus socios, tendríamos derecho a estar informados sobre la marcha de dicha Sociedad y se daría cuenta de un balance de resultados en lo económico y en lo deportivo. Pasado el tiempo no cabe la menor duda de que nos equivocamos quien así pensábamos. El Real Betis Balompié no es hoy en día una Sociedad Anónima. Su Presidente, Salvador,Accionista Mayoritario,Dueño y Señor forman con el CLUB un “totum revolutum”. Aunque se trate de una expresión latina es muy fácil de entender: ¿Cuál es la situación económica real del Club? ¿De quién es el campo? ¿De quienes son los jugadores?¿Dónde va el beneficio de la venta de jugadores?El día, resumiendo, que se marche el actual Presidente ¿Con qué situación nos despertaremos los béticos en lo que se refiere al patrimonio del CLUB?.Los béticos sabemos adaptarnos y seguir con nuestro equipo, de ahí el “MANQUE PIERDA”, pero eso es una cosa y otra muy diferente que nos tomen por tontos. Que nos tomen por súbditos a los que no hay que rendir la más mínima explicación y dar cuenta de su responsabilidad por parte de sus dirigentes. No nos equivoquemos para muchos afortunadamente la estrella sigue siendo EL CLUB. Somos Béticos por encima de todo, por mucho que desde hace años y poco a poco nos hayan querido ir captando para esta especie de Secta, en la que o somos Loperianos o no somos nada, porque no contamos para nada.El Betis es un club, una Sociedad Anónima, no el Cortijo privado de su Accionista Mayoritario. Los tiempos de los caciques pasaron a la historia. No se gestiona lo mismo un cortijo que una Sociedad Anónima del siglo XXI, así nos va. Fui a Madrid a celebrar la Copa del Rey y grité enfervorizadamente, hasta quedarme afónica ¡VIVA EL BETIS!, al igual que hice en tiempos de otros Presidentes. ¡Ya me gustaría gritar además, Viva EL SR LOPERA, no tendría el más mínimo inconveniente, señal de que sería un buen gestor. Pero Vds perdonen lo de Viva Don Manuel díficilmente lo grite nunca, porque tiene un tono “cortijero”, “salvador”, “personalista”,”populista” y lo que es peor demagógico, que no entra en mis entendederas. Como dice Antonio Burgos “manque a Lopera”. Sigo siendo muy pequeña accionista, he renovado mi abono, me alegraré de que la situación del club mejore, lo apoyaré y no dejaré de ser socia si las cosas van mal, pero no me pidan que todo esto se confunda con ser ilusa o idiota.

1 comentario

zoemar -

Desgraciadamente estamos en manos de un impresentable. Sólo queda que el destino se muestre generoso y termine por mandar a la puñeta al señor Lopera, auténtico representante de lo deleznable.