13 de agosto de 2006
Al parecer, siempre había mujeres desnudas, posaran o no, a su alrededor. Según la leyenda, Klimt necesitaba estar siempre rodeado de mujeres. Cuentan también que cuando Rodin visitó el estudio vienés de Klimt se arrodilló ante él y le dijo:
- "Nunca había sentido nada parecido a lo que siento aquí. Vuestro fresco de Beethoven, tan trágico y tan feliz al mismo tiempo; vuestra grandiosa exposición, inolvidable; y ahora, este jardín, estas mujeres, esta música... Y alrededor de usted y en usted mismo, esta alegría feliz e inocente. ¿Qué puede ser?".
Klimt, con su aspecto de apóstol, se giró y contestó con una palabra:
- "Austria".
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