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el mundo fragmentado

11 de Agosto de 2006

11 de Agosto de 2006

Siempre llevo algo de Cortázar: la edición de Siglo Veintiuno Editores de La vuelta al día en 80 mundos, dos volúmenes, me ha acompañado en muchos viajes. Creo que también vendrá en el próximo.

Acabo de comprar, mejor, acaba de salir a mi encuentro, en Debolsillo, calentito, recien salido de la imprenta, la Narrativa Completa de Dorothy Parker. Ya saben, lo suyo, escribió una vez , era tomarse un Martini, dos como mucho.Después del tercero, ya estaba debajo de la mesa, y al cuarto...debajo de su anfitrión. ¿Cómo dejarla en casa con esos antecedentes?

Pero en el viaje es necesario garantizar el contraste. ¿Celine, Bernhard, Houellebecq...? Quién sabe. En el último momento siempre hay algún libro que asoma sus orejas en la librería y corre a mi encuentro como un crío rabioso.

La poesía siempre ha estado reservada a Leopoldo María Panero. Su rima- su no/rima- me hace ajustar mejor los tiempos del viaje y encontrar la belleza tras cada espera.

Dicen que las compañías aéreas estudian negar el equipaje de mano, incluídos los libros, tras los últimos acontecimientos de Londres. Parace que British Airways ya lo ha puesto en práctica. ¿A qué esperamos para volver a viajar en tren, como Dios y la Literatura mandan y la belleza ordena? ¿Por qué seguimos prefiriendo un billete de avión cuando lo importante es el viaje y no el tiempo del viaje?

 

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