14 de diciembre de 2006
Confieso que cada vez me gusta menos el cine y sigo poco su actualidad. Las películas que nos llegan de EEUU cuentan siempre la misma historia y se dirigen a un público del que no formo parte. Otras películas, las más interesantes para mi gusto, pasan a tal velocidad por la pantalla grande que he renunciado a seguirlas. Las espero en alguna jornada nocturna de televisión.
Una de esas películas atrasadas que pude ver hace unas semanas es sobre la Matanza de Puerto Hurraco, dirigida por Carlos Saura. Un tema tan delicado y sensible como el odio sólo puede ser tratado por un director de la calidad de Saura e interpretado por dos actores magníficos : Juan Diego y José Luis Gómez. Victoria Abril también consigue estar a una gran altura y dar vida a una hermana sobre la que gira toda la historia.
El odio bien guardado, oculto, durante años y años que en un momento, un día trágico, aflora con todo su poder para mostrar su cara más terrible. Los hechos de Puerto Hurraco fueron en 1990 y el periódico trae hoy la noticia de la muerte de uno de los hermanos en la cárcel de Badajoz. Emiliano Izquierdo era su nombre.
Hablan de la España profunda. Puede ser. Aunque este tipo de clasificaciones sólo sirven para ocultar nuestro propio espanto al asomarnos a lo único profundo que nos aterra : el ser humano. Nosotros.
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