Una nueva datación dobla la edad de los fósiles de la sima de los Huesos
MALEN RUIZ DE ELVIRA - Madrid
La treintena de individuos humanos cuyos restos están siendo hallados desde los años ochenta en la sima de los Huesos, en la sierra de Atapuerca, plantean continuamente nuevos desafíos. Una nueva datación técnica indica que estos antepasados (H. heidelbergensis) son casi el doble de antiguos de lo que se creía. La datación inicial estableció que vivieron hace unos 300.000 años y la actual, que no ha sido aún aceptada por la comunidad científica, señala una antigüedad máxima de 600.000 años. Mientras tanto, los paleontólogos, basándose en los rasgos morfológicos, se decantan por los 400.000 años. La nueva datación, cuyos resultados no se han publicado todavía debido a que se han solicitado nuevas pruebas, plantea problemas a los paleontólogos para explicar las etapas de la evolución humana en Europa en el último millón de años. Por eso, y porque la técnica utilizada es más refinada que la anterior y todavía se considera experimental, la nueva datación no puede ser tenida como definitiva, pero ya está suscitando el debate. Su autor, Jim Bischoff, un especialista estadounidense de gran prestigio, ya dató los fósiles de la sima de los Huesos, un pozo de muy difícil acceso, en los años noventa con la técnica de isótopos radiactivos uranio/torio y la edad que dio fue de unos 300.000 años.
Ahora Bischoff está utilizando una versión más refinada, que se basa en la espectrometría de masas y maneja una cantidad reducida de átomos. Con ella ha estudiado una colada recientemente descubierta. "Una colada es una clase de estalagmita sobre el suelo de la cueva que se forma por el goteo de aguas ricas en calcio que caen del techo de la cueva", según explica el propio Bischoff.
La colada tiene un grosor de unos 14 centímetros y en una capa inmediatamente inferior se encontraron más de 55 fósiles humanos, por lo que concluye Bischoff: "Evidentemente, la colada se formó después de la deposición de los huesos" y sirve para datarlos.
El director del yacimiento, Juan Luis Arsuaga, cree que, morfológicamente, los fósiles de la sima corresponden a unos 400.000 años de antigüedad, pero no puede ni quiere obviar los métodos técnicos de datación, aunque "al primero que tiene que convencer Bischoff es a mí", comentó con humor a este periódico. Ambos son autores de un artículo con la nueva datación (de 500.000 a 600.000 años de antigüedad) que han presentado a la revista especializada Journal of Archaeological Science y que no ha sido aceptado, a la espera de que el geocronólogo aporte nuevas pruebas. En el artículo se plantea que el modelo de evolución humana haya sido más complejo de lo que se suponía hasta ahora. Según esta hipótesis, unas poblaciones estarían más evolucionadas que otras en una misma época.
Las primeras dataciones por series de uranio daban unos 300.000 años, pero es que esa antigüedad "corresponde al límite del rango de la técnica", explica Arsuaga. Ahora, a Bischoff le salen unos 500.000 años, con un máximo de 600.000, por lo que la datación a Arsuaga y su equipo les resulta "un poco antigua". "Me parecen más arcaicos fósiles de esa época, como la mandíbula de Mauer o los de L’Arago", comenta el paleontólogo español.
Además de la comparación con estos fósiles históricos, la nueva datación aproximaría demasiado la edad de los fósiles de la sima de los Huesos a los correspondientes a una especie humana considerada nueva, el Homo antecessor, hallados en otro yacimiento de Atapuerca.
El Homo antecessor ha sido datado con mucha seguridad, ya que se encuentra inmediatamente debajo de un nivel en el cual se ha comprobado una inversión del campo magnético terrestre que tuvo lugar hace 780.000 años, por lo que, al menos, tienen esa antigüedad. Demasiado cerca en el tiempo de los de la sima de los Huesos para que los científicos se sientan cómodos.
ha sido datado con mucha seguridad, ya que se encuentra inmediatamente debajo de un nivel en el cual se ha comprobado una inversión del campo magnético terrestre que tuvo lugar hace 780.000 años, por lo que, al menos, tienen esa antigüedad. Demasiado cerca en el tiempo de los de la sima de los Huesos para que los científicos se sientan cómodos.
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