1 de Febrero de 2006
No me gusta febrero y no sabría escribir las razones. Supongo que pertenece a esa clase de meses que siempre se entrometen en nuestras vidas. Porque hay meses que piden permiso para llegar, y otros, los menos, como Febrero, o Noviembre, que entran como un caballo en una cacharrería. Febrero es un mes siniestro, si es que es un mes, algo que queda por demostrar. Yo escribo sobre Febrero sin querer escribir sobre él ¿puede existir mayor violencia? Hubiera querido hacer un verso, saborear un adjetivo robado o mostrar al mundo algún paisaje olvidado, pero Febrero se ha metido en mi vida sin avisar. Y aquí está, ocupando todo este escrito, como llenará los próximos 28 días de mi vida. Sólo me queda esperar a Marzo, un mes que nació el mismo mes que yo.
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