Doctor Pasavento de Vila Matas
Acudo a la lectura de los libros de Vila Matas como acudo a las catas de vinos: ¿sabré estar a la altura ?. Vila Matas es un escritor que se alimenta de escritores , de buenos escritores, los mejores, y ello hace que su carne literaria sea de primera. Una carne a la altura de pocos bolsillos lectores. Podría pensarse que todos los escritores tienen la misma dieta , pero una mirada a cualquiera de las mesas de "novedades", esas cernicerías de la cultura, nos pondrá en aviso que existen notables diferencias entre el precio de la calidad literaria y la casquería de ocasión.
En Doctor Pasavento, su último libro, Vila Matas toma como eje de su relato al escritor Robert Walser, mi admirado Walser, para hablarnos de la "desaparición", tema que ya le preocupaba en libros anteriores. Desaparición que es a un tiempo literaria (la literatura como forma de desaparecer), memorística ( el recuerdo que nos atrapa y muerde el hueso de nuestra vida hasta el último momento, sin soltarlo), sentimental ( esa crema que cura la nostalgia) o creativa ( la realidad y el deseo, la ficción como forma de entender una realidad que se nos escapa con el tiempo: tiempo+realidad=memoria, o no) y muchas más cosas. Y todas.
Escrito en una primera persona que es él, aunque nunca terminemos de saber con certeza quién es él, Vila Matas cocina un relato que casi no se deja ver por su buena prosa. Relato entre ensayo y novela, entre ficción y realidad ( si es que realidad y ficción fueron alguna vez dos cosas distintintas) , entre novela negra y diario, nos vemos reflejados como lectores en sus paisajes, en los paseos walserianos, en los hoteles y sus escaleras, en sus miradas a las ciudades, a las personas que circulan por sus calles, anónimas pero también con la raja de una falda que abre un mundo o lo cierra. Y en ese mundo, "él" camina y camina, porque caminar entre la muchedumbre es un placer que te permite pensar, imaginar, recomponer la historia hasta destrozarla, hasta inventarla, hasta crear, aunque la historia, tu historia, la vida, termine por aparecer a cada encuentro, tras cada esquina. Hasta llegar a la altura del abismo, que es la literatura : la mejor forma de desparecer. Igual, la única.
Y recomiendo leer "El mago de Viena" de Sergio Pitol, otro que tal baila de buena literatura, reciente premio Cervantes, para desgustar tranquilamente el encuentro de ambos escritores en un pias lejano, muy lejano, casi como un sueño, que nos hará entender bastantes de las razones de la excelente literatura de este walseriano nacido en Cataluña.
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itaca -