3 de enero
Entre el discurso del “optimismo”, antes del atentado, y el discurso del “pesimismo”, después del atentado, sólo queda :
a) la falta de información del Gobierno sobre lo que estaba ocurriendo en ETA.
b) el error en el análisis sobre la verdadera representación de los interlocutores de ETA con el gobierno.
c) la incapacidad del gobierno para dar respuesta al más que previsible atentado de un sector de la banda contraria al proceso de paz.
Si el discurso del Presidente tras el atentado, dado que se negó a utilizar términos como “liquidación” “ruptura” “insalvable” sobre el proceso de paz, como hasta tres veces le preguntaron los periodistas en la misma rueda de prensa, pareciera que daban esperanzas a una posible continuidad del mismo, o que era una posibilidad “descontada” en el propio proceso, la rueda de prensa de Rubalcaba ,y la categórica utilización de esos mismos términos, así como el titular de portada de El País de ese día (”Zapatero da por liquidado el proceso de paz”) parecen que dejaban en un espejismo esa posibilidad.
¿Qué información manejaba el Presidente cuando el discurso del “optimismo? ¿Acaso no entraba en sus cálculos un atentado de un sector de ETA’¿O no es un sector, sino “toda” ETA, quien ha atentado? El periódico El Pais lleva dos días publicando las señales de alarma que se conocían sobre la actuación de la banda y su sector más duro. ¿Cómo quien tenía estas informaciones, Presidente del Gobierno, podía prometernos un futuro de paz, a un año vista, siendo incapaz de ver lo que se estaba fraguando en sus propias narices unas horas después? ¿Es que ese abismo entre el “optimismo” y el “pesimismo” en unas horas no merecen una respuesta en el Parlamento y a la ciudadanía? Si el discurso del “optimismo” es de una irresponsabilidad absoluta sin atentado, una vez conocida la barbaridad del sábado se torna de una peligrosidad máxima en manos de un responsable político.
El gobierno ha dado por liquidado lo que creíamos que era un proceso de paz y ha resultado ser una simple tregua trampa de ETA ( esta sí que ha sido una verdadera tregua trampa) sin que sepamos hasta la fecha cuál era su hoja de ruta, qué información le llavaba al optimismo o qué verificaba cuando nos informaba a los ciudadanos que no existían señales de que ETA se estaba rearmando u “operando” para atentar. ¿Tampoco este tema merece una respuesta del Gobierno en el Parlamento?
Existe una última responsabilidad POLITICA de carácter interno, dentro del propio PSOE. Me consta que ZP no ha querido seguir algunos consejos de antiguos dirigentes del partido que tuvieron responsabilidades en gobiernos socialistas de etapas anteriores. Algunos de esos dirigentes le hicieron llegar sus dudas sobre la forma de dirigir ese proceso. No recibieron respuesta. (Y no me estoy refiriendo ni a BONO ni a Ibarra).
Ahora le tocará liderar a ZP el “día después de la liquidación del proceso de paz” en bastante soledad. No se crean que los CiU, PNV, ERC, IU o BNG van a echarle muchas manos a meses de elecciones. Será otra prueba para Zapatero.
Esperemos que no sea el principio del final del PSOE en el poder.
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