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el mundo fragmentado

24 de octubre de 2006

Me dice P. que debemos reorganizar nuestra biblioteca. Ya no caben los libros en la casa. Ha sido este domingo, también el sábado, aunque menos, cuando ha sacado el tema : la necesidad de un espacio propio. Una habitación propia. Creo haberle escuchado en algún momento el posesivo *mi* referido al término espacio, pero no podría jurarlo. Los sábados carezco de memoria suficiente para retener. Ahora, pasados unos días, veo que esa montaña de libros es una vida que comienza a ser amplia y no encuentra paredes donde situarla, donde *colocarla*. Necesitamos espacio, *su espacio*/*mi espacio*, ahora que hemos llenado la casa con el tiempo de una vida. De dos vidas.

Así que estamos buscando encajar una vida, dos vidas, o dos vidas vividas desde una  biblioteca, y aunque midamos y pensemos en futuro, nos faltan, hemos calculado, unos quince metros lineales de librería, que son pasado. En esos quince caben varios años de vida. También la vida se mide de alguna manera: tenemos los mismos años y es normal que nos falten los mismos metros de estanterías. También nos sobran los mismos libros.

Buscamos, desde siempre,  los mismos libros que ya no sabremos nunca dónde situar. Serán como lágrimas en la lluvia :

 

1 comentario

Itaca -

Hermoso comentario ante problema prosaico.Con los años, querido Zoemar,vas sacando el alma de poeta.
A mí, aunque viva en soledad, también me faltan siempre algunos metros de librería............