14 de agosto de 2006
( Camino de Venecia, donde todo ángel es terrible )
[...] Bien entrado el XIX, Charles Dickens se embarca hacia el Sur para escribir su libro Imágenes de Italia. Queda prendado de Venecia, cuya realidad, en su opinión, "excede el sueño más extravagante". Y sobre la ciudad cae la riada de la literatura iniciada por Goethe. Llegan Ruskin, Twain, Henry James, Proust, George Sand, Gauthier, Morris, Hemingway, d'Annunzio, Carpentier..., la lista es interminable.
"Es el Shakespeare de las ciudades -se le ocurre decir a John Addington Symonds-: incomparable, irrebatible, y por encima de la envidia". Thomas Mann pervierte a su personaje, el escritor Aschenbach, mientras persigue la belleza destructora, encarnada en la figura de Tadzio. El ruso Joseph Brodsky escribe: "Al rozar el agua, esta ciudad mejora la imagen del tiempo, embellece el futuro. Ése es el papel de esta ciudad en el universo". No muy lejos de allí, en un castillo sobre el Adriático, a las afueras de Trieste, Rainer María Rilke canta en sus Elegías del Duino:
"Pues lo bello no es más que ese grado de lo terrible que aún podemos soportar. Todo ángel es terrible".
(Javier Reverte. Viaje al mar de la literatura)
1 comentario
betelgeuse -