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el mundo fragmentado

23 de Marzo de 2006

23 de Marzo de 2006

La explosión de un coche bomba de ETA en la avenida de Badajoz de Madrid acaba con la vida del magistrado del Tribunal Supremo, Francisco Querol Lombardero, y del conductor de su coche, Armando Medina, y su escolta, el policía Jesús Escudero. Otras 64 personas resultan heridas. Una de ellas, el conductor de autobús Jesús Sánchez, murió a consecuencia de las heridas.(30-10-2000)

 

¡ Qué tristeza tener que alegrarse por lo obvio ¡

 

Enganchado como estoy a la prensa desde joven, herencia paternal, hoy me he leído casi toda la opinión publicada del día después. Puro vicio. Algún día me pondré un parche para mejorar de esta adicción que me persigue. Muy bonitos todos los artículos. Unos, por bien escritos y pensados; otros, la mayoría, te permiten mandar a los autores a tomar viento fresco sin ningún cargo de conciencia. Bajada de adrenalina. Pero con los artículos interesantes me sigue ocurriendo un fenómeno curioso: tras terminar de leerlos me asalta un poderoso *¿y?*, casi como un grito,  que me deja a la luna de Valencia. *¿y?*.

Por ejemplo. Leo a mi admirado Savater. Perfecto razonamiento, escritura clara, grandes pensamientos, bonitos y floridos ideales. ¿Cómo no estar conforme con tanta belleza? Pero al final siempre me aparece un *¿y?*. Me imagino a Don Fernando con un cargo político de responsabilidad, con el comunicado de ETA sobre la mesa, recién llegado, y a sus subordinados preguntándole: ¿qué hacemos, Don Fernando?. Y a Don Fernando, lógicamente, como mucho, le sale un artículo para El País. Y es que una cosa es predicar y otra, muy distinta, dar trigo. Tras ese "¿Qué se debe?",en su artículo de hoy en El país, está mi aplauso a su teoría consistente y hermosa, y un suspenso monumental por la carencia de su puesta en práctica.

¿Qué hacemos, Don Fernando? le siguen preguntando sus subordinados.

De la imposibilidad que esas bellas palabras cuadren con la realidad sólo nos salva la responsabilidad profesional de algunos políticos. Comprendo que lo normal sería decir que "nuestra clase política es una calamidad", pero yo prefiero la calamidad tangible al fondo de comercio de los eternos profetas. Cuando me rompo una pierna acudo al médico y cuando me llega un comunicado de ETA por la pantalla líquida miro al Gobierno, ese grupo de profesionales al que podemos quitar cada cuatro años.

La vida es así de simple.

1 comentario

Mnemosine -

Tema complejo, aunque su manía de leer prensa me recordó esta frase de Bellow en su \"Herzog\":
\"Lee el periódico si puedes resistirlo\"
A D. Fernando lo defendí cuando sus posturas intransigentes no casaban con sus escritos filosóficos, en el momento de convertirse en paladín del socialismo (sic) no pude sostener por mayor tiempo la impostura.