28 de febrero de 2006
A veces, la realidad es sólo realidad.
Ocurrió en un accidente de tráfico, como tantos, el viernes pasado, en una carretera del norte de España. Acudió la Guardia Civil y los equipos sanitarios. El conductor, un joven de pocos años, murió en el acto. Se dirigía a recoger a su novia para ir juntos a los carnavales del pueblo.
Los hechos, filmados por una cámara de televisión, siguieron de la siguiente manera: poco antes de colocar el cadáver en el coche fúnebre que le trasladaría al tanatorio, sonó el teléfono móvil del joven, que aun guardaba en su chaqueta.
Era la novia.
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