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el mundo fragmentado

Osip Mandelstam

Osip Mandelstam

Vivimos inmersos sin sentir el país, 

Nuestras palabras se esfuman a diez
pasos, 
Donde sólo basta un charlatán a medias 
Recordarán al montañés del Kremlin. 
Sus gruesos dedos son grasos, cual
gusanos,
Y sus palabras, pesadas, son ciertas, 
Las cucarachas se mofan de sus ojos
Con sus tentáculos resplandecientes. 
Lo rodea una chusma de jefes catrines, 
Juega y se sirve de gente mediocre. 
Quién silba, quién maúlla, quién
gimotea,
Sólo él puede golpear y empujar, 
Como un capataz da una orden tras otra
Ya sea en la ingle, en la frente, en las
cejas, en los ojos.
Él puede matar y a la vez ser dulce,
Es un georgiano de gran corazón.
Noviembre de 1933
Osip Mandelstam

 

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