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el mundo fragmentado

27 de julio de 2006

27 de julio de 2006

Un hombre gay. 

Tiene Gimferrer en “Interludio Azul”, su último libro editado por Seix Barral, una definición genial que dejo anotada. Afirma el escritor catalán que él se ha sentido siempre un gay al que le gustan las mujeres. Un hombre gay, puntualiza.

 

Siempre había pensado que Pere Gimferrer es homosexual, seguramente orientada mi opinión no tanto por la estética personal que le precede, más cercana a la del repelente niño Vicente que a cualquier otra, que por la lectura de algunos de los libros del novísimo donde habla de sus amores de juventud, entre los que enumera algunos reconocidos amigos.

 

Digo ya : “Interludio Azul”  es una mariconada. Aclaro, para los no iniciados, que en mi definición de mariconada nada tiene que ver el sexo ni la condición sexual del personaje. Todos cometemos mariconadas a lo largo de nuestra vida aunque tengamos la sexualidad de un rinoceronte o una margarita en primavera.

Interludio Azul es la declaración de amor de Gimferrer a Cuca, señora de su misma edad, de la que ha estado enamorado el autor durante 34 años de una forma a ratos platónica y a ratos aristotélica. El encuentro con Cuca, después de una prolongada ausencia, tiene, a mi modo de ver, más de serial de telenovela en Antena3 que de poesía amorosa o poema en prosa, como la solapa del libro define. Ese encuentro lleva a un segundo libro, ya de poesía en su sentido pleno, donde nos describe el final del relato. A esta segunda parte no he llegado por falta de condiciones físicas, aunque jugaremos el partido tarde o temprano.

 

Dado que la mariconada, imposible de definir en todo su detalle, tiene algo de cursilería, remilgo, monería y merengue a toda plana, será muy del gusto de los amantes de calendarios taco Myrga de sobremesa. También del monito Luis Alberto [de Cuenca].

 

Gimferrer es un buen escritor, un gran poeta y un maravilloso editor y cinéfilo, quede claro. En Interludio Azul  , simplemente se ha empeñado en contarnos un chisme. Bien contado, pero un chisme. Y le ha salido una mariconada.

Que no cunda el pánico entre el respetable.   

  

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