17 de Marzo de 2006
Francisco Ayala cumplió ayer 100 años. Un siglo de vida lúcida.
Me crucé con Ayala en una calle de Madrid, hace un mes. Con las manos a la espalda, caminaba a buen ritmo, sin la ayuda de nadie. No pude evitar pararme, como si contemplara un milagro. Pero el mayor milagro de Ayala no es físico, sino intelectual. Acaba de publicar su último libro, mantiene la lucidez mental, y sigue siendo, como hablan sus biógrafos, un gran conversador. Ayala, un siglo vivo por las calles de Madrid.
Recuerdo ahora aquella frase de mi abuelo Dámaso cuando se preguntaba si algún día el hombre llegaría a la luna. Y es que, de todos los siglos, el siglo XX es el que posiblemente sea más difícil de asimilar por el hombre en sólo cien años de vida.
Así que, cuando me crucé con Ayala por una calle de Madrid, pude contemplar todos sus interrogantes , que eran los míos, los nuestros. Leerle es encontrar algunas respuestas.
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Mnemosine -