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el mundo fragmentado

Mario Santiago Papaquiaro

Mario Santiago Papaquiaro

 Consejos de un discípulo de Marx a un fanático de Heidegger

                                        "También es hora de recordar que nada
                                        es bello, ni siquiera en Poesía, que no es
                                        el caso".
                                                                                W. H. Auden

                                              A Roberto Bolaño & Kyra Galván
                                                                   camaradas & poetas

El mundo se te da en fragmentos / en astillas:
de un rostro melancólico vislumbras una pincelada del Durero
de alguien feliz su mueca de payaso aficionado
de un árbol: el tembladero de pájaros sorbiéndole la nuca
de un verano en llamas atrapas pedazos de universo
         lamiéndose la cara
el momento en que una muchacha inenarrable
      se rasga su camisola oaxaqueña
exactamente junto a la medialuna de sudor
                      de las axilas
& más allá de la cáscara está la pulpa / debajo del ojo la pestaña
Quizás ni el Carbono 14 será capaz de reconstruir los hechos verdaderos
Ya no son los tiempos en que un pintor naturalista
rumiaba los excesos del almuerzo entre movimientos
                  de gimnasia sueca
& sin perder de vista los tonos rosazules / de flores
   que no habría adivinado ni en sus más dulces pesadillas
-Somos actores de actos infinitos
  & no precisamente bajo la lengua azul
      de los reflectores cinematográficos-
por ejemplo hoy / que ves cómo Antonioni se pasea con su camarita de rutina
observado por aquellos que prefieren enterrar la cabeza entre la yerba
a emborracharse de smog o qué sé yo/ para que no aumenten los escándalos
   que ya hacen intransitable la vía pública
por los que han nacido para ser besados largamente por el sol
                  & sus embajadores cotidianos
por los que hablan de coitos fabulosos/ de hembras que no crees
                 en esta edad geológica
de vibraciones que te harían tenaz propagandista del Budismo Zen
por los que se han salvado alguna vez de los accidentes
       que la nota roja llama substanciosos
& que de paso -por ahora- no se cuentan entre las flores del Absurdo
Así en el trapecio en el alambre de equilibrio de este circo de mil pistas
un abuelo platica la emoción que sintió al ver a Gagarin
        revoloteando como una mosca en el espacio
& lástima que la nave no se llamara Icaro I
que Rusia sea tan ferozmente antitroskista
   & su voz entonces se disuelve
      da de tumbos
   entre aplausos & abucheos
la Realidad & el Deseo se revuelcan/ se destazan/
      se desparraman una sobre otra
como nunca lo harían en un poema de Cernuda
corre espuma por la boca de aquel que dice maravillas
& pareciera que vive en el interior de las nubes
            & no en los baldíos de este barrio

El aire húmedo de abril el viento lascivo del otoño
         el granizo de julio & agosto
todos presentes aquí con sus huellas digitales

Alcohol orines/ qué no habrá servido de abono a esta yerba
cuántos jardineros sin el sueldo mínimo dejarían en esta trampa
                            sus escasas proteínas

Por ahora tú te tiendes bocabajo a la sombra de las piernas
             largas & velludas de los parques
         donde se reúnen
el que sueña con revoluciones que se estacionan
            demasiado tiempo en el Caribe
el que quisiera arrancarles los ojos a los héroes de los pósters
para mostrar al desnudo lo hueco de la farsa
la muchacha de ojos verdes gatunos & fílmicos
aunque a lo mejor acercándose resultan azules
           o quién sabe
el estudiante todo adrenalina & poros revoltosos
el que no cree en nadie/ ni en la belleza kantiana
        de algunas admiradoras de Marcused
& estalla gritando que estamos podridos por la furia
deshidratados con tanto tomo de teoría
la putilla de ocasión que comparte el torrente de su soledad
                           con los desconocidos
dejando que la balanza de la oferta & la demanda
la inclinen la gracia la simpatía las vibraciones repentinas
     -el Azar: ese otro antipoeta & vago insobornable-
los que vienen aquí a llorar/ hasta tallarse -como en madera-
        un rostro de mártir paranoico
después de destrozar -& no precisamente de entusiasmo-
            las butacas de los cines
el que escribe su testamento o su epitafio
        en una servilleta arrugada
& luego lanza besos al aire -& todo mundo supone
que celebra su cumpleaños/ o el divino himeneo de antenoche-
& todas las hipótesis resultan frágiles para explicar
por qué utilizó una pistola & no un bote de pintura
si parecía capaz de seducir hasta la calentura/ el pulso
                          & la pupila del Giotto
el que siempre saluda con Yo estoy desesperado/ ¿y usted?
los que se aman rabiosamente como perros callejeros
     -en las verdes & en las maduras-
& uno los llama enamorados floridos
   & son un afrodisíaco
no solo para la sensibilidad de Marc Chagall
los que conocen en persona a la muerte
a la hora en que el suicidio se vuelve una obsesión
unas ganas despeinadas de morder & ser mordido
de poner un hasta aquí a tanto castillo de arena
            que parece inderrumbable
de inventarse por segundos un poder
que las revolvedoras de cemento cotidianas te desbaratan
             como si fueras un papel de estraza

Y entonces comprendes al que quisiera sepultar bajo toneladas
                                             de plantas
         edificios / tierra negra
el menor latido / la taquicardia de su historia íntima
te contagia el nerviosismo la intranquilidad de los que
hacen como que respiran / como que poseen un cierto dejo
                de plantas carnívoras
& se pasan horas esperando a la compañera Ternura
           esa call-girl que raras veces llega
los que vienen escapando de los gases lacrimógenos
           & las macanas de las grandes avenidas
de las grandes & las pequeñas manchas
      que ya no tienen remedio con aroma de pino
            o la caricia de un kleenex
los que ignoran quiénes son ni lo quieren saber/ cuando el clima
                 tiene pero fama cada día
los eternos enfermos de amnesia que se chupan el dedo de alegría
   porque aquí & no en Miami está el Paraíso Terrenal
los que juran declarar esto territorio libre isla independiente
   que no degenere en chatarra ruina supermarket

En el instante en que una canción de moda
            enreda su ritmo
a la peculiar batucada de la lluvia
& se instaura un orden fatalmente momentáneo
para que sigan dominando la escena
       el cabello en desorden
          los enormes ojos húmedos
& como surgida del claroscuro mismo de la noche
aparece una niña con los puños embarrados contra los muslos
          repitiendo 1, 2, 3 veces:
Yo no soy un objeto sexual, no lo soy robots,
    estoy viva / como un bosque de eucaliptos
Aquí donde la norma es ser implacablemente amables los unos
                                     con los otros
  & este es el mal menor

El parque tiembla / mis pasos interiores me llevan por las calles
                       de un puerto de mar verde
    que los nativos llaman Mezcalina

      Una sensación hasta ahora desconocida
como saber a ciencia cierta a qué sabe el A.D.N.
           después de hacer el Amor

Si esto no es Arte me corto las cuerdas vocales
mi testículo más tierno dejo de decir tonterías
         Si esto no es Arte
la rama de un árbol se dobla bajo el peso de un gorrión
o mejor dicho un gorrión termina por hacer trizas una rama
                                     ya quebrada
   Aún estamos con vida
de alguna manera hay que llamar a las islas de cristales
que con lujo de violencia patean las zonas más blandas de tus ojos

La realidad parece de mica de miniatura a escala
pero también tus párpados tu percepción & su camisa de fuerza
           la materia & la Energía
& el ánimo para meter tu lengua entre su lengua
este es un día insólito
    vibrante cotidiano anónimo
terrícola a más no poder como solemos decir
      los días de fiesta o durante los cateos cada vez
                      más frecuentes de las casas
el miedo te ilumina el estómago & te lo quema

( Mario Santiago Papaquiaro)

2 comentarios

von ber -

Dias de poesía, lluvia interna y soledad acompañada...
gracias por el descubrimiento...

*betelgeuse * -

hay algo en las tardes diáfanas de domingo, algo, digo, como un veneno, como una luz que inunda el centro de donde irradia el poder para decir no, o quizás sí, ya se verá.el perfil de las sílabas que imaginamos cuando nadie nos ve, así, agazapados una tarde de domingo, despues quizás de hacer el amor, o antes, siempre debe ser antes...y surge la poesía, esa jodida cosa que se mete entre las piernas sobre todo una tarde de domingo..maravillosa elección otra vez, no esperaba menos..