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el mundo fragmentado

7 de octubre de 2006

7 de octubre de 2006

El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, describió ayer en un acto en el seminario de Barcelona los pasos que, en su opinión, debe seguir el proceso de paz en el País Vasco para lograr "una sociedad sin violencia donde coexistan los sentimientos de identidad nacional hasta ahora contrapuestos, y donde se respeten los derechos humanos y colectivos". Uriarte explicó que la Iglesia vasca jugará un papel relevante durante el proceso, ya que "el cristianismo lleva en su código genético la vocación de conciliar a grupos confrontados", precisó. "Los cristianos tienen que preparar la reconciliación, curar las heridas", sentenció Uriarte.

El proceso de paz vive actualmente un momento de "parálisis" tras "una primavera de esperanza", aseguró el obispo, que atribuyó este bloqueo a las "posiciones maximalistas" de todas las partes. "La izquierda abertzale pone como condición necesaria para el diálogo el acercamiento de los presos, y el Gobierno central sigue manteniendo la ley de partidos", dos hechos que, según el obispo, no contribuyen a una aproximación de posiciones. "Hay que sentarse en una mesa, encontrar espacios donde la palabra y la reunión refresquen las esperanzas", concluyó. (El País.es)

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Si nos fijamos detenidamente, el obispo Uriarte no se define sobre qué hacer en el proceso de paz. Mantiene ese tono equidistante que llevan en la sangre estos curitas, genético, pero nada nos dice sobre su postura : si es o no partidario del acercamiento de presos vascos, de la derogación de la ley de partidos, o de santificar esas verdes montañas que desea salvar Otegi de internet.

Su música parece sonar a un rotundo sí, incluso estamos seguros de haberle escuchado decir sí, aunque no sepamos muy bien a qué ha dicho sí, pero la letra nos deja con un palmo de narices a las puertas de saber su opción real.

Las dos partes (A=B), nos dice, se mantienen en sus posturas y así es imposible.

Y es esa sabiduría para saltar por encima de  los charcos, sin que le toque una gota, lo que siempre he admirado de esta iglesia católica tan nuestra.

También su fariseismo para acercarse a los problemas bajo el paraguas de un A=B.

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