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el mundo fragmentado

12 de Mayo de 2006

12 de Mayo de 2006

El Roto (El País, 11 de Mayo de 2006)

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Leo ( pero igual releo, aunque ya no me acuerdo) un artículo de Arturo Pérez-Reverte contra Umbral que es réplica a otro anterior de Umbral donde le cuestionaba a D. Arturo el estilo y hasta la vida. Pues va a ser que sí. Sólo he leído del académico una novela situada en Sevilla y de cuyo título no me acuerdo, como tampoco me gustaría acordarme de la novela, ahora que no me acuerdo de nada, y que podría haber escrito cualquiera que hubiera comprado la plantilla correcta para recortar figurines, como hacían nuestra madres cuando pequeños, o sea, los pantalones que picaban un huevo. Pegué aquí hace poco un artículo del alatriste porque se metía con Sevilla bastante y en donde duele, cuestión que a un sevillano como yo, totalmente *antisevillano*, le agrada . Era puro coleccionismo como lo de esos sellos que no le aparecen nunca a los pobres cuando hacen el arqueo los ricos. Aquella lectura del señor de las guerras me dejó tan cansado que no he vuelto a intentarlo sin preparación previa. Y hasta hoy.

En cuanto al señorito de Valladolid, le amé en juventud, que es cuando se ama sin reparar en gastos ni suspiros, pero en cuanto comencé a crecer y me puse gafas, su abundancia de estilo, su empacho de estilo, su estilo sobre estilo, y más estilo, y ese estilo, comenzó a cansarme tanto o más que aquella novelita del corresponsal de guerra de cuyo nombre no me acuerdo ahora. Del novelista Umbral (digámoslo así), salvo su *Mortal y Rosa*. Y la salvo a ratos: a ratos de la novela y a ratos míos, pues desde aquellos lejanos años que la terminé ,varias veces he intentado volver a leerla y varias e iguales veces han sido las que no lo he conseguido. Pero la sigo salvando como salvo mi juventud. Del articulista Umbral, del columnista Umbral, o como se diga, creo que puede llegar a ser genial, como cuando torea Curro, aunque como a Curro, tengamos que leerle demasiados artículos para encontrarle la genialidad, verle demasiadas tardes de toros para saborear su arte y podamos, como me ocurrió, cansarnos de esperar y no encontrar, hasta dejarlo tirado en el periódico donde ahora le aplauden la vejez porque no tienen mucho más para lidiar en las plazas de primera. Ese giro humano de chulo con el que afronta su vejez y enfermedad, en este momento, no me molestan. Creo que es pura pose y cachondeo entre las señoras bien de Serrano que le piden autógrafos como a uno de los suyos, cuando Umbral  siempre será extranjero en esas tierras y entre esas gentes. Y es que para ser torero como Curro, o escritor como Umbral, o se pasa hambre o no se entiende su letra y su música. Umbral es un escritor de periódicos en un paisaje de posguerra que él cree que continúa, o que él alarga hasta donde le llegue el crédito para ganarse la vida. Su prosa me sabe a humedad , como algunas calles de mi infancia. O sea.

1 comentario

Mnemosine -

En mis tres largos años de lector del mundo periodístico sólo recorte un artículo de Umbral que hablaba del califa marxista, era un texto maravilloso.

Nota: ¿Curro es aquel que consiguio hacer del "arte" del toreo un alejarse continuo de la pieza?